Un muro de arena y cal consolidará la muralla de San Miguel

“400 personas han visitado Zalatambor durante el verano. unos 300 escolares
conocieron el entorno en septiembre“

La rehabilitación del lienzo de la muralla de San Miguel, con un presupuesto que ronda los 80.000 euros, da continuidad a otros trabajos en la muralla como el realizado en 1999 en su cara exterior o el recientemente terminado en la muralla de la antigua judería en Ordoiz. El objetivo de esta actuación en San Miguel es preservar la construcción del efecto erosionador del agua de lluvia y garantizar al mismo tiempo la seguridad del viandante evitando desprendimientos.

El arqueólogo municipal, Mikel Ramos, quien guió una visita por el conjunto fortificado de Estella, se adelantó a la conclusión de la obra para referirse al aspecto final que puede llamar la atención del ciudadano. “La gente se va a encontrar un muro en la base de la muralla. No podemos reforzar con piedra porque no sabemos qué piedra original tenía. A lo largo de la muralla encontramos muchos tipos y, sin certeza, patrimonio artístico no nos deja poner una piedra al azar porque estaríamos inventando una nueva muralla”.
Ramos detalló el procedimiento que se está utilizando para que el resultado sea lo más ajustado a la realidad. “Hemos hecho bloques de prueba elaborados con una especie de hormigón formado de tres partes de arena y una de cal. Hemos probado con arena de diferentes canteras para ver cual se asemeja más al tono de la actual muralla. Finalmente, hemos escogido la arena de Murieta para hacer el encofrado y la arena de Aberin para las juntas”, explicaba.

La muralla de San Miguel arranca junto al aparcamiento de la guardería y se extiende hasta la calle Astería, donde se corta. Los restos que quedan vuelven a ser visibles en la zona de Cordeleros. El arqueólogo estima que junto con los trescientos metros aproximados de muralla frente a la antigua judería en Ordoiz y otros tramos, como el próximo a Santa María Jus del Castillo, Estella conserva unos 600 metros de perímetro amurallado.
La restauración del lienzo de muralla en San Miguel de veinte metros de longitud, desde su arranque hasta la denominada ‘Torre de los Zapateros’, concluirá a finales de mes. Estos trabajaos pueden sacar a la luz un paso de ronda en la parte alta de la muralla. La forma lisa de las piedras superiores y la presencia de aspilleras o almenas son pistas que conducen a esa posibilidad, según han comentado los expertos.

Accesos al castillo
La visita por el circuito amurallado de Estella comenzaba a los pies del castillo de Zalatambor, donde se sigue trabajando en la mejora de accesos y en el trazado de recorridos que conduzcan de manera segura a los visitantes. Las ruinas de la fortaleza han atraído hasta Zalatambor a más de 400 personas durante el verano y a 300 escolares durante el mes de septiembre. La zona de los castillos está siendo estudio, al igual que las murallas, para la redacción de un plan director que será el punto de partida para la museización, urbanización, gestión y mantenimiento e incluso explotación del conjunto.

Desde el castillo, el grupo, compuesto por la alcaldesa de Estella, Begoña Ganuza, concejales, el arquitecto Mikel Ramos y el jefe de obra, Paco Labé, se desplazó después hasta la muralla de Ordoiz. Los trabajos de consolidación de cien de los trescientos metros que se mantienen en este término terminaron en julio. En el lienzo se conserva una puerta que conduce a un espacio que antiguamente sería una calle. Junto a la calle habría viviendas debajo del terreno de lo que hoy es una finca privada.

El arqueólogo destacó que el gabinete va a presupuestar la utilización de un geo-radar para recorrer el espacio junto a la muralla y detectar si bajo tierra quedan restos de las antiguas casas. “El espacio está dividido en terrazas y el espacio entre una y otra coincide con las dimensiones de los solares de Estella, por lo que creemos que las casas de la antigua muralla estaba aterrazadas con una estética similar a Cirauqui”.

Desde la muralla de Ordoiz, la amplia panorámica hacia el río Ega, curtidos, San Lorenzo, su vegetación, incluido el zumaque, ofrecen el auténtico sabor de Estella. El paseo por los castillos y el reciento amurallado de la ciudad ayuda al visitante a viajar al pasado.