“Ayeguinos, ayeguinas, ¡viva Ayegui, gora Ayegui! ¡Viva San Cipriano, gora San Cipriano! ¡Que paséis felices fiestas!”, decía el alcalde desde el balcón a un nutrido público congregado a la espera del lanzamiento. Estaba acompañado de su mujer, María Blanco, y de sus hijos Leyre y Raúl.
“Me hace mucha ilusión, como a cualquier persona que tira el cohete de las fiestas de su pueblo, pero esta vez es especial. Es la primera vez que lo protagonizan dos personas de la misma familia, padre e hijo”, decía minutos antes de salir al balcón y saludar a los vecinos. En su memoria estaría su padre, de quien heredó la afición por la política. “La política siempre me ha gustado, y siempre he dicho que no me importaría presentarme”.
Pasadas las ocho de la tarde, ante el ayuntamiento se daban cita vecinos y visitantes que celebraron el inicio de las fiestas, amenizado por la banda Zuloandia y por un aperitivo, en el que no faltaron los brindis con cava. Como novedad este año, los primeros compases festivos los ponía el colectivo local; en años anteriores eran grupos de danzas o la comparsa de gigantes de Estella los que inauguraban los actos del programa.
El concejal de cultura Óscar Pérez de Viñaspre mencionaba este cambio, junto a otros como la celebración de una sesión de bombas japonesas tras el cohete, la organización de encierros simulados para los niños y la recuperación del homenaje a los mayores, el viernes al mediodía, durante el vermú.
Era el momento protagonista para el matrimonio formado por Santiago Lanz Ayúcar y Raquel Macua Aráiz, de 91 y 86 años, respectivamente. También fueron homenajeados Juan Manuel Rodríguez Plaza, de 91, y María Ruiz Torral, de 93. Los cuatro, los mayores del municipio, junto a la casi centenaria Trinidad Artiz Yabar, que no pudo acudir al acto.
La música tuvo también este año la fuerza que caracteriza a las fiestas de Ayegui. Pérez de Viñaspre explicó que de los 50.000 euros de presupuesto –se incluye el gasto de las fiestas de la juventud- en torno a 30.000 euros se destinan a la contratación de orquestas de primer nivel y música de DJ.
El jueves de fiestas dio paso al Día del Patrón, el viernes, con la procesión en honor de San Cipriano, el homenaje a los mayores y la cena popular en la plaza; el sábado, Día del Niño, acogió la imposición de pañuelicos a los nacidos en 2014, una paellada popular en la plaza y partidos de pelota; y el domingo, Día de la Abadejada, hubo marionetas, campeonato de bolos, concurso de calderetes y ajoarriero, cena y música de orquesta.