Los jóvenes, de entre 18 y 24 años, procedían de diferentes Comunidades Autónomas: Andalucía, Aragón, Canarias, Cataluña, Euskadi, Extremadura, Madrid y Murcia. La dirección de los campos corrió a cargo de un equipo formado por dos arqueólogos-monitores y una directora pertenecientes a Gabinete Trama, que se encargaron de las labores de registro arqueológico, así como de las actividades complementarias que se llevaron a cabo con las personas participantes.
En concreto, los trabajos de excavación tuvieron lugar en el yacimiento denominado ‘Hospital de San Juan de Jerusalén de Bargota’, un paraje donde ya se realizan sondeos desde 2016. Las exploraciones llevadas a cabo por los voluntarios y voluntarias han descubierto el arranque de una bóveda de cañón que ocuparía la parte baja del edificio principal, una estancia de unos 15×7 metros. También se han encontrado fragmentos de capiteles decorados, lo cual apunta a que el edificio tendría unas dimensiones considerables.
En sondeos previos, se descubrió un pozo y restos humanos que corresponderían a la zona del claustro, todavía sin explorar y donde es probable que se llevara a cabo algún enterramiento. Esta campaña de voluntariado juvenil ha supuesto un primer acercamiento al conocimiento del yacimiento, que está condicionado por la cantidad de escombro que cubre el interior de las construcciones. Como resultado de las excavaciones se podrán levantar los planos de los edificios y plasmar la magnitud del conjunto monástico.
Durante los trabajos, se acercaron al lugar el consejero de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior, Javier Remírez, y la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, acompañados por el director gerente del INJ, Carlos Amatriain, para conocer las labores in situ. Remírez destacó el trabajo de los voluntarios y voluntarias. “Constata el interés de la juventud en conocer la historia y patrimonio de nuestra comunidad, contribuyendo a recomponer y rescatar este legado del siglo XII”, dijo.
El director del INJ, Carlos Amatriain, se refirió a “la oportunidad” que supone para los participantes en la experiencia de excavación. “No solo por la riqueza histórica y cultural que les proporciona, sino también a nivel personal, con el resto de actividades de las que disfrutan durante estas semanas”.
Por su parte, la consejera Esnaola contextualizó el interés de los trabajos en este año Jacobeo y señaló la importancia de la mujer. “La intervención arqueológica en el Monasterio de Bargota cobra especial interés por tratarse de un centro hospitalario regentado por una facción femenina de la Orden de Malta, algo muy poco frecuente en el occidente medieval y que sin duda será objeto de investigaciones más profundas”, señaló.
INTERÉS CULTURAL
El monasterio de Bargota, enclavado en Mañeru al pie de la ruta Mayor del Camino de Santiago, fue desde el siglo XII una encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén que tuvo en el siglo XIII su momento de mayor crecimiento. En el término poseían los Hospitalarios el cenobio, con capacidad para que vivieran en comunidad entre diez y quince religiosos, una iglesia, y el principal hospital sanjuanista del Reino de Navarra. Este último fue receptor de múltiples donaciones durante todo el siglo XIII, mientras que la iglesia del conjunto monástico fue elegida por numerosos donantes como lugar de sepultura.
