Las cajas de arte se consideran en la Historia del Arte objetos maravillosos que se han fabricado para satisfacer la curiosidad y el placer de los grandes. El género artístico se asemeja con las maquetas y las miniaturas. Durante el siglo XX, diversos artistas han creado art boxes, entre los que destaca el pionero Joseph Cornell con sus expresiones del mundo victoriano.
El género ha ido evolucionando y ha sido interpretado por surreralistas, expresionistas, abstractos, conceptualistas y pop-art. Las cajas se componen de materiales que encuentran nueva expresión en las composiciones y que crean mensajes de nostalgia y de recuperación de la fantasía. En la búsqueda de objetos antiguos y originales por el rastro de Madrid encontró Rosa Valverde su acercamiento al género artístico. “Empecé de pequeña a buscar piezas en el rastro y siempre he estado rodeada de artículos raros, antiguos, con un significado para mí. Las cajas aúnan la búsqueda de una composición, cuentan una historia y tienen una poética”, expresó la artista durante la inauguración de la muestra.
Valverde estuvo acompañada por su marido y comisario de la exposición, Gonzalo Dúo; la alcaldesa de Estella, Begoña Ganuza, y el director del museo Gustavo de Maeztu, Javier Bartos. Un paseo entre las obras pone en evidencia que el color en su obra es fundamental. En cuanto a la estética, la artista aseguró que busca sus propios colores, y en cuanto a su contenido, la pintura es autobiográfica. “Pinto lo que vivo. Mi obra es muy femenina, adjetivo que me parece un buen calificativo y del que no reniego. Busco mi propia forma de expresión”, dijo.
La infancia y la mujer son dos temas recurrentes en la muestra, si bien la artista prefiere alejarse del estilo naif. “Hablo de la infancia, pero no soy naif ya que también hablo de los aspectos perversos de la infancia”. La presencia de la mujer y de la fuerza del género es tan sólo uno de los mensajes de la obra. “Mis mensajes no son muy concretos, no pinto con intención de mandar mensajes. La presencia de la mujer es sólo un aspecto”.
Gonzalo Dúo se refirió a la obra de su mujer como un acercamiento divertido a lo humado mediante un tratamiento florido y entusiasta. “Los personajes salen de un cuento, de un mundo soñado, y muestran mucha vitalidad”, dijo. •