Los disfraces relacionados con la muerte y las calabazas ganan presencia en los centros escolares, en muchas viviendas y en las calles con la celebración de actividades y festivales de Halloween. La tradición, de origen celta, que se celebra el 31 de octubre, víspera del Día de los Difuntos, llegó para quedarse. ¿Le gusta a la gente? ¿Cómo la vive?

BEGOÑA GARCÍA LEZA
59 años. Estella.
Ama de casa
“No lo veo muy popular. Es una fiesta divertida sobre todo para los mocetes pero podía estar más extendida de lo que está. En mi opinión, todavía no se ve demasiado ambiente de Halloween”.

MARIBEL CIORDIA VARGAS
25 años. Estella.
Técn. de laboratorio
“Cada vez se disfraza más gente, sobre todo los niños, y se realizan más actividades. Hace unos años no era tan popular. A mí personalmente es una celebración que me da igual porque es una tradición que viene de fuera”.

MAIDER ZABALA GOICOECHEA
30 años. Estella.
Maestra
“No lo veo muy arraigado, a mí personalmente es una fiesta que no me dice nada porque no es nuestra, pero es verdad que cada vez se potencia más y es un ejemplo de globalización”.

RUBÉN FLAMARIQUE ORTIGOSA
22 años. Espronceda.
Estudiante.
“Es una costumbre que nos la han traído y que con los años va creciendo aquí. Cada vez está más normalizada. Yo no le veo nada malo. En mi caso, es una ocasión para salir de fiesta porque por Halloween suele haber buen ambiente”.

LUCA PASTOR LENDERINK
21 años. Estella.
Estudiante
“Cuando era pequeño me disfrazaba y la fiesta me la tomaba en serio, incluso salía a la calle a pedir caramelos. Es una fiesta para los niños, llegada de fuera pero cada vez más popular. Para los jóvenes, una excusa para salir”.

ALBERTO BLANCO ARAMENDÍA
29 años. Estella.
Técnico social
“Me parece un acto bonito para estas fechas y que da ambiente a Estella. No es un gran acontecimiento pero cada vez más niños y chavales la siguen. Crea ambiente en las calles y es una excusa más para salir”.