PRIMER PLANO – NAIARA SÁNCHEZ INDA – Docente y escritora – “Quiero ayudar con esta historia porque cualquiera puede sentirse invisible”

PRIMER PLANO – NAIARA SÁNCHEZ INDA – Docente y escritora – “Quiero ayudar con esta historia porque cualquiera puede sentirse invisible”

Vecina de Arróniz, la profesora del IES Tierra Estella ambienta su última novela juvenil en el centro educativo

Con una larga trayectoria como escritora, la profesora Naiara Sánchez Inda (11/03/1983), vecina de Arróniz, presenta su último libro ‘Soy invisible’. Se trata de una historia ambientada en el IES Tierra Estella, donde trabaja la autora desde 2020, y con una temática de plena actualidad: la exclusión y la soledad. Con su historia, Naiara Sánchez pone el acento en la injusticia y pretende dar herramientas para que quien no encuentre su sitio levante la voz, defienda su opinión y evite la invisibilidad.

Naiara Sánchez es diplomada en Magisterio de Lengua Extranjera (inglés) y licenciada en Psicopedagogía. Tiene a sus espaldas títulos de diferentes estilos, como el misterio, la novela juvenil y la poesía. La escritura es su principal afición desde la adolescencia, cuando dio sus primeros pasos en este campo que tanto le satisface.

¿Cómo nace este libro?
Nace fruto de un conflicto entre dos alumnas que presencié en el pasillo del instituto. Me llamó la atención que una de las chicas, muy tímida, no se defendía y tuve que intervenir. Hablé con ella a solas y le dije que debía defender su postura y su opinión, pero me daba la sensación de que no acababa de entenderme, así que fui a la broma y le dije: “si no te defiendes, te vuelves invisible”. Entonces me miró a los ojos, le hizo gracia, conecté con ella, y me quedé con eso. Es muy importante aprender a defenderse.

¿De qué trata la historia?
La protagonista es Silvia, una chica que acaba de perder a su amiga, Martina, porque se ha marchado a Perú y se encuentra en el instituto sola. No sabe con qué grupo ir ni a quien acercarse. Entonces Ángela, la popular, la líder, pero no para Silvia, se aprovecha de la situación y la acorrala en el baño, le quita almuerzo, la deja en ridículo y se ríe de ella.

Silvia comienza a desaparecer poco a poco. Lo oculta. Se pone guantes y gorro y utiliza el maquillaje de su madre. Rebajo un tema que es duro con situaciones un poco más cómicas y Silvia consigue darle la vuelta. Encuentra una amiga que tiene autismo, y con su ayuda y el apoyo de la familia y de los profesores, consigue empoderarse.

¿Qué hay de realidad y qué hay de ficción?
Hay bastante de realidad. Yo de pequeña era un poco como Silvia, tímida, y me costaba mucho encararme a situaciones más difíciles. Por eso, escribo desde la emoción. Ver aquella situación real en el pasillo me tocó la fibra porque en estos conflictos la persona víctima se siente más pequeña y débil mientras que el grupo tiene la fuerza.

¿Los escenarios, el instituto, se reconocen?
Ha sido súper divertido escribir el libro porque la historia está ambientada en mi clase, en primero de la ESO. He intentado meter cosas reales, aunque he cambiado nombres y otros aspectos. Creo que se va a conocer el espacio y actividades del centro como el ajedrez, que de hecho se juega en los primeros patios. Incluyo un personaje autista, que es más mi área de trabajo, describo la sala Urbasa del centro, los baños, las clases, los pasillos estrechos, las taquillas y el polideportivo. Durante el periodo de escritura, el libro era mi día a día en el sentido de que iba al instituto y visualizaba las escenas de la historia.

 

¿Qué objetivo tiene la historia?
Ayudar, porque sentirse invisible es algo que le puede pasar a cualquiera, en el instituto, en el trabajo, a todos nos puede ocurrir alguna vez sentirnos fuera de lugar. Todas las personas tenemos que aprender y ponernos en el lugar del otro porque ocurre también que hay gente que en el cole ha sido de los populares y llega al instituto y cambia su rol. Me interesa reflexionar sobre cómo nos comportamos con los demás. A veces se nos olvida y hacemos precisamente lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros.

¿Cómo defines la ‘invisibilidad’ y cuáles son sus manifestaciones más comunes?
Para mí invisible es el alumno que no participa, que está como si fuera un mueble, y hay bastantes. ¿Y por qué? ¿Qué hay ahí dentro, qué pasa? En ocasiones es una baja autoestima o inseguridad. La invisibilidad es una cuestión que hay que trabajarla.

En tu opinión, ¿cuál es el papel de los profesores en la detección y prevención de alumnos que sufren?
Poner medios. Ya se hace. Lo primero es comunicarlo al tutor, ponerlo en conocimiento de dirección, trasladarlo a la familia o incluso derivarlo a profesionales de la salud mental.

“Recomiendo a los alumnos que lean, por las historias, los ejemplos, las situaciones de las que aprender, y para adquirir vocabulario y ortografía”

¿Situaciones de soledad, exclusión o invisibilidad se dan hoy en día con mayor frecuencia o intensidad, qué crees que influye?
No lo sé, la verdad. Antes tampoco se ponían etiquetas a nada. Íbamos al cole y muchas cosas existían, pero no se le ponían nombre, tampoco se diagnosticaba tanto el TDHA… Siempre ha habido gente que no encaja, que le cuesta más, que se siente más perdido. Pienso que a veces las etiquetas no ayudan.

Conforme la persona crece la personalidad va cambiado, es más fácil encontrar el sitio y la gente con la que estar y se adquieren herramientas. Lo más preocupante son actitudes de quienes son más lanzados y se aprovechan de los que no lo son, como en el caso de la novela. En mi opinión, los adolescentes hoy en día se comportan de manera más egoísta, es común el pensamiento de “mientras yo estoy bien y mis amigos también, los demás que se busquen la vida”.

¿Qué tienen que ver las pantallas con esta realidad?
El WhatsApp y las redes sociales permiten decir cosas que probablemente no se dirían a la cara. Los chavales no son conscientes de que la huella digital existe y es muy dañina. Hoy en día se relacionan con móvil deformando la realidad y a veces no saben distinguir que el mundo virtual y el real son dos cosas diferentes.

Simplemente, los grupos de WhatsApp ya son dañinos si no se mete a toda la clase porque igual sin querer estás incluyen a unos y dejando a otros fuera; y los que ya están dentro no suelen mirar hacia los que están fuera. Así se comporta el grupo. Por otro lado, desde el punto de vista educativo, los vídeos, cada vez más cortos, hacen que su capacidad de atención y de memoria esté también acortándose. A nivel académico quieren todo rápido, fácil, con poco esfuerzo. Éste es el cambio más grande que observo. Y la lectura es un problema, a la mayoría no les gusta leer.

¿Puede la literatura ayudar a sensibilizar sobre la soledad y la exclusión?
Creo que sí. Las historias tienen siempre un mensaje, permiten al lector sentirse identificado y les facilita adquirir herramientas que igual a ellos no se les ocurren. De los libros se toman vivencias como ejemplos. Y, sobre todo, permiten al lector pasárselo bien. Yo recomiendo a los alumnos que lean por las historias, los ejemplos, las situaciones de las que aprender, y también, por supuesto, por la adquisición de otros conocimientos, como el vocabulario y la ortografía.

¿Cómo nace tu afición a la escritura?
Con 14 o 15 años yo también me sentía fuera de lugar, diferente. Empecé un diario en el que le contaba a una amiga inventada mi vida y ella me contaba la suya, como un intercambio de cartas. Me di cuenta de lo bien que me sentaba, que me desahogaba, y descubrí que tenía facilidad para escribir. Pronto obtuve varios premios, fui pasando por todos los géneros literarios. Puedo decir que es en la novela en el que me siento más cómoda y la juvenil en concreto, más corta, me permite compaginar mejor con mis obligaciones.

Después de este libro, ¿qué viene? ¿Tienes otros proyectos?
Tengo tres novelas pendientes. Una romántica, ambienta en San Sebastián, que está escrita, pero quiero modificarla. En mente, la segunda novela de la Trilogía Montejurra, segunda parte de El Secreto de María. Y tengo pendiente también en el corto plazo una tercera novela romántica juvenil que me pidió una alumna y a quien quiero dedicársela. Fui tutora suya durante tres años y leía bastante. La protagonista se va a llamar Laila, como ella.

FICHA TÉCNICA

Género: Novela juvenil.
Precio: En papel, 8€.
Ebook: 1,20€.
Puntos de venta:
Librería Clarín y Amazon.
Edición: Auto publicación con Amazon.
Nº de páginas:
135.

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