La realización y colocación del mural colaborativo tomó forma en el contexto de la programación en torno al Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, organizada desde el área de Igualdad del Ayuntamiento de Estella-Lizarra. El mural ocupa una superficie de 90 m2.
¿Cuál es la idea artística y comunicativa de la obra? ¿Cómo surgió?
Desde el principio me pareció interesante la posibilidad de dar espacio público a la mujer, dado que normalmente es el hombre quien lo domina, tanto porque ocupa los cargos profesionales que tienen más representatividad pública, como también, y acercándolo a mi disciplina, porque las representaciones en el espacio público del poder, el saber, etc… en esculturas y monumentos, cuando tienen género es masculino. Son muchos años de dominación de un género.
Para abrir esa visión limitada partí de una idea fundamental: que lo personal es político, título que Carol Hanisch dio al texto que escribió en 1969 en respuesta a los grupos de izquierda que, no considerando la discriminación contra las mujeres como una injusticia social, se burlaban de las feministas. En este texto defiende que lo que cada una vive en espacios de intimidad más privados tiene una explicación que va más allá de lo individual, puesto que forma parte de una historia colectiva.
Por todo esto, convoqué a cualquier niña, chica o mujer a que eligiera una fotografía de su álbum personal que le trajera un recuerdo especial, con la intención de dar visibilidad al trabajo que muchas mujeres han hecho en ámbitos que a menudo se han reducido a lo privado, sin entender que han sido indispensables para llegar donde estamos ahora y para que los hombres hayan podido ocupar ese espacio simbólico públicamente.
¿Cómo ha sido esa respuesta popular?
La respuesta ha sido muy emocionante, ver cómo tantas personas hacían suyo el proyecto, ir recibiendo no sólo las fotografías, sino también comentarios escritos desde una honestidad muy valiosa, homenajes a personas queridas, actitudes valientes, mensajes de ánimo… Aunque la invitación no limitaba temáticamente la selección de fotos, muchas de las fotografías tienen en común su relación con los cuidados, con la amistad; en resumen, con algo que tiene que ver con lo amoroso y lo afectivo.
¿Ha sido compleja la elaboración?
Ha sido un proyecto de una dedicación muy intensa, en el que además he estado manejando materiales que implicaban a muchas personas; así que desde este compromiso y responsabilidad, claro que sí. Por otra parte, en la medida en que un mural está siempre ligado a la arquitectura, ha sido muy importante tener en cuenta la totalidad del espacio, no sólo la decisión de coger todo el paño de pared del pasadizo, sino también tener en cuenta dónde está situada esa pared, un lugar de paso, su volumen total. A la hora de diseñar el mural, se ha tenido en cuenta la proximidad del peatón respecto de la pared. El hecho de utilizar un método de reproducción usado para publicidad de grandes formatos, genera una pérdida de definición en las fotografías que a su vez permite que el tema sea la mujer, de una forma más abstracta. De la misma manera que el hecho de tener que alejarse para ver mejor una fotografía pequeña hace que aparezcan el resto de fotografías alrededor.
Por otra parte, hay mucho trabajo constructivo en la composición y relación de las fotografías. Están agrupadas a veces de manera temática, otras de manera que generen distintos ritmos formales.
¿Cómo te sientes al ver tu trabajo en su lugar definitivo?
Muy contenta, dado que un trabajo termina en el lugar para el que ha sido pensado, es ahí donde coge todo su sentido. Quiero destacar también lo chulo que fue el día del montaje, agradecer a todas las personas que estuvieron ayudando, sin las que hubiera sido imposible realizarlo en un único día. Realmente ha sido un proyecto colaborativo desde el principio hasta el final, con el plus de lo que de empoderamiento tiene desde su planteamiento a su realización final.
¿Cómo está reaccionando la gente ante tu obra?
Está siendo muy bonito ver la acogida que el proyecto está teniendo, tanto de la gente que ha participado del proceso del mural, como de la gente que lo está conociendo en directo. Diría que la respuesta está siendo muy positiva, lo cual me llena de alegría.
Por lo que pude ver el sábado, como lugar de paso ahora tiene mucho de recorrido. La gente entra atraída por la extrañeza de ver una fotografía personal en una pared pública y sin darse cuenta acaba en el fondo del pasadizo. Ahora es un lugar público donde lo privado es encuentro. Estoy recibiendo mensajes muy bonitos de gente que ha participado y se ha emocionado al verlo y eso es muy gratificante.
¿Cómo entiendes la función social que tiene hoy en día el arte?
Creo que tiene que ver con hacer sensibles pequeños cortes que pongan en cuestión inercias o convenciones que a la vez necesitamos para vivir en sociedad. A veces se espera del arte que sea sorprendente, rompedor… y yo no estoy de acuerdo, no creo que el arte tenga que ver con el espectáculo, ni siquiera con el entretenimiento.
¿Qué puede reivindicar una obra artística?
Creo que una obra artística debe reivindicar justamente su autonomía, de manera que pueda abrir nuevas posibilidades de experimentar la vida. No creo que ligar el arte a una ideología le favorezca, ya que estaría produciendo ilustraciones. El arte comienza justamente allí donde el lenguaje no puede llegar, de ahí que sea tan difícil traducirlo discursivamente; creo que el arte tiene más que ver con la experiencia que con las palabras.
¿Cómo ves la situación de la mujer hoy?
Es complicado hablar de estos temas sin caer en lugares comunes. Creo que se ha avanzado muchísimo de la misma manera que queda muchísimo trabajo aún por hacer, y que es una cuestión que nos concierne a todos, mujeres y hombres.
En PROYECTO
Lorea Alfaro, artista y profesora en la UPV-EHU en Bilbao, desarrolla actualmente diferentes iniciativas en el plano artístico. Trabaja en un proyecto relacionado con la estampación textil y en una intervención para el espacio públicas, mientras que prepara dos exposiciones colectivas que se inaugurarán en breve, una de ellas después de Semana Santa en el marco del festival ‘Loraldia’. También prepara una exposición que se reparte entre Delhi y Londres a lo largo de este año y empezara a preparar su participación en otra exposición importante para el 2017. En verano, junto con otras cuatro artistas, se trasladará a Córdoba para trabajar en el espacio La Fragua. Por otra parte, ha colaborado en un par de publicaciones que verán la luz próximamente.