PRIMER PLANO – BORJA HORTELANO – JINETE – “Mi objetivo era disfrutar cada segundo”

El estellés de 37 años retomó su afición por la doma clásica hace un año y acaba de competir en el Campeonato de España celebrado en Madrid

La pandemia marcó un antes y un después en la vida de Borja Hortelano Bermejo, de 37 años. Fundador y propietario de la empresa Academia CEE Borja, el estellés decidió dedicarse un tiempo y retomar la afición de su infancia: la hípica, en concreto la disciplina de Doma Clásica, que practicó desde los 5 hasta los 18 años.
Seis días a la semana, Hortelano, de 37 años, se levanta a las cinco de la mañana y se desplaza hasta el Centro Ecuestre Cizur, donde le espera su potro, Damocles, dispuesto a aprender. En tan sólo diez meses, la conexión entre Damocles y el jinete y el trabajo juntos les ha permitido competir en el Campeonato de España de Doma Clásica celebrado del 23 al 26 de septiembre en Madrid. Acceder a la prueba de máximo nivel y haberla disfrutado ha sido el mejor de sus premios.

Acabas de volver del Campeonato de España, ¿cómo ha ido?
Ha sido una experiencia sensacional. El primer día las condiciones climatológicas fueron extremas y se paró la prueba por la lluvia justo cuando había calentado y me tocaba ir a pista. Cuando volví a la pista de competición, tras el calentamiento otra vez, estaba agotado físicamente y psicológicamente muy descentrado. Tuve un error de recorrido que me puntuó en negativo. Fue día de aprendizaje.

El sábado pude competir con normalidad y obtuve muy buenas sensaciones en la pista de calentamiento y en la de concurso también. Me sentí muy cómodo con el caballo.

¿Un sueño haber podido participado? ¿Qué ha supuesto a nivel personal?
Un sueño hecho realidad. Si hace un año me dicen que iba a pasar esto, me hubiera parecido imposible. Siento que desde mi vuelta a montar casi 20 años después ha sido poco tiempo el que ha transcurrido de entrenamiento y con mi caballo, y el Campeonato de España supone competir contra profesionales, jinetes con mucha más experiencia y que montan muchísimo mejor. No he tenido esa presión de salir a ganar, pero la propia pista me ha generado mucha presión porque estás ante gente que entiende muchísimo.

¿Cómo ha sido este año de vuelta a la afición, cómo lo has vivido?
Lo más duro ha sido la metodología, el cambio que se ha producido en la manera de montar. Yo montaba hace 18 años con una forma de trabajar que ya no existe. La gente dice, “esto es como andar en bici”. Sí, sí, es como andar en bici pero ha cambiado todo. La nueva forma de montar es más dulce, tiene más lógica, está más centrada en cuidar y mimar la cabeza del caballo y se trabajan los movimientos de manera más natural. Estos diez meses han sido muy intensos, de trabajo, esfuerzo y pasión.

Voy todos los días a montar a Damocles, menos el lunes que descansa. Tengo un seguimiento con mi entrenadora, Marta Erroz, pero el que monta el caballo y lo está preparando soy yo. Para mí es lo bonito y quería poder sentirme jinete. La constancia es la clave.

¿Por qué has vuelto a retomar tu afición?
Quería dedicarme tiempo para mí, una desconexión. Siempre he seguido el mundo del caballo, pero entras en una ruleta de trabajo, hasta que en la pandemia decidí que tenía que buscar tiempo para mí.

¿Cómo es el ambiente de una hípica durante un campeonato nacional?
Una de las cosas que más me ha sorprendido es el compañerismo. Este es un mundo en el que te ves en muchos concursos. Me ha parecido una competición sana, con buen ambiente. Me he sentido cómodo. Estás compitiendo y cada jinete va a hacerlo lo mejor posible pero luego la gente te pregunta qué tal.

La doma clásica es una práctica de perfección, de meticulosidad y el ambiente es más serio, riguroso, de concentración. En un concurso de salto es diferente, música a tope, ambiente en las gradas. No tiene nada que ver. Cuando el jinete sale a competir en doma clásica no hay que hablar para que el caballo no se asuste ni se descentre.

¿Te has preparado mucho?
He hecho mucho trabajo personal. La cabeza es muy importante: el nivel de exigencia y las prioridades. Yo me había marcado tres objetivos: primero disfrutar cada segundo, el segundo aprender y el tercero dar todo de mí. Los he cumplido, aunque el viernes no pude darlo todo.

¿Y a nivel físico y técnico?
Los entrenamientos son muy específicos para cada concurso. Preparé al caballo porque iban a ser más días y le exiges más. Ahora le vamos a dar dos semanas de parón, soltarlo en un prado, que coma y que descanse. Hay que mimar mucho a estos caballos, después del viaje y la tensión propia de la competición, de salir a pista y de estar con diferentes caballos.

¿Trucos para aguantar la presión?
No presionarte es marcarte un objetivo real. Si tú vas a ganar, te haces una presión indirecta que no es sana. Si te marcas como objetivos el disfrutar y el aprender, el dar todo de ti, siempre ganas. Con un caballo no dependes solo de ti, dependes del animal, de que se asuste, no se asuste… Hay que tener muy claro de dónde vienes y dónde estás. Yo ya sabía que pasara lo que pasara había ganado: estar en el Campeonato.

¿Cómo es Damocles?
Lo que más destacaría es la cabeza que tiene, que es privilegiada. En caballos deportistas la cabeza es muy importante. Si no la tiene bien, se escapan, corren, se bloquean. Este no movió ni las orejas en el campeonato, estuvo híper mega concentrado. También es muy cariñoso, es todo corazón y siempre lo da todo. Es un caballo muy bueno, pero falta jinete. Sé que si me pongo las pilas, él va a poder rendir mucho más.

¿Qué complicidad tienes con él?
La conexión es clave. Como cuando te ­ena­moras, lo mismo de un caballo. Antes de comprar a Damocles probé veinte caballos por toda España. Por la conexión que sentí el primer día que lo vi y lo monté supe que era mi caballo.

¿Cómo te inicias en la hípica?
Mis padres tenían un caballo en casa, en Murugarren y ellos me trasladaron la afición por este mundo. Los dos han sido jinetes, mi madre fue juez de doma cuando yo estaba compitiendo. A día de hoy son fieles seguidores míos, me siguen en los entrenamientos y en las pruebas. Disfrutan ellos más que yo. Tener ese entorno familiar es muy importante.

¿Por qué la doma clásica?
Empecé en Muru hace muchos años y luego me llevaron a Zolina, en Pamplona. Me gustó la dificultad que tiene, es una modalidad muy rigurosa y meticulosa. Parece que el jinete no hace nada, pero está haciendo millones de cosas con su cuerpo, el asiento, las piernas. Es súper bonito.

¿Qué retos te marcas en este deporte?
Ver gente mejor que tú y caballos mejores que el tuyo me ha servido de trampolín. Se aprende mucho viendo. He valorado el gran nivel que hay en el panorama nacional. Me marco como objetivo seguir mejorando cada día y me gustaría, después de haber vivido esta experiencia, poder volver el año que viene y correr 7 años, que es un nivel altísimo.

Otras pruebas de la temporada

> Liga Navarra de Doma Clásica de potros 6 años. 3ª posición.
> Concurso nacional de Heras, CDN*** HERAS Summer Dressage Week -Copa ANCCE. Fueron dos citas en Cantabria de dos jornadas diferentes: 4 y 5 y 7 y 8 de agosto. Obtuvo medias del 69’800%.
> Concurso Nacional de las Murallas de Pamplona. 10 y 12 de septiembre. 2ª posición.
> Participación en la fase de la liga en el Club Hípico Añezcar (Navarra). Se celebró el 30 de mayo. 3º posición.

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