OLLOGOYEN. El más alto del valle de Metauten

En Ollogoyen, con categoría histórica de lugar, están empadronados treinta habitantes, pero no más de catorce viven a diario durante la temporada de invierno. En verano, al igual que en la mayoría de los pueblos de la comarca, la vida cambia y regresan a Ollogoyen familias que viven en la ciudad y desean pasar los fines de semana, las vacaciones o incluso los meses más calurosos del año, en el campo.

Las antiguas escuelas de Ollogoyen contribuyen en verano a generar ambiente en sus calles y en el entorno. El edificio pertenece en la actualidad a la parroquia de Villabona (Guipúzcoa) y desde finales de junio acuden escolares en distintas tandas de hasta 50 para disfrutar de actividades al aire libre. Explica el presidente del Concejo, Jesús Iturri García de Vicuña, que la parroquia de Villabona también alquila la casa a colectivos y asociaciones.
Las convivencias son tan sólo un ejemplo del interés turístico y medioambiental del valle, generado sobre todo por la proximidad a la sierra de Lóquiz. Los paseos por la sierra son numerosos, algunos aptos también para la bicicleta de montaña, las motos o los quads. Una casa rural en el pueblo y un bar, concejil pero gestionado por un particular durante los fines de semana, componen una oferta hostelera superior a la de muchas localidades de mayor tamaño en Tierra Estella.

Reforma de una calle
En la presente legislatura, el concejo ha sufrido una reforma significativa para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Hace dos años, se arregló una calle principal gracias a un adelanto de dinero que realizó el Ayuntamiento en beneficio del pueblo. “El principal problema del pueblo es el presupuesto. Los concejos no generan dinero y ahora debemos dinero al consistorio. Los presidentes de los concejos queremos pedir al Ayuntamiento que nos deje para nosotros los impuestos de vehículos y los ICIO. De otra manera no tenemos capacidad económica para nada”, expresó Jesús Iturri.
Varias son las necesidades de la localidad, pendientes, como arreglos de caminos, el acceso a la iglesia, la reconstrucción de un muro caído o la colocación de columpios para los niños. “Con dinero se podrían hacer muchas más mejoras en el pueblo”, apuntilló el representante concejil.
Ollogoyen dista 13 kilómetros de Estella y 58 de Pamplona. Las fiestas, se celebran en noviembre, por San Martín, y las pequeñas en febrero, por San Blas. La localidad cuenta con una ermita en honor de San Cristóbal y otra en honor de San Blas. “Ollogoyen es un pueblo animado y tranquilo al mismo tiempo”.