““No tocamos puerta por puerta, respetamos la intimidad del enfermo. Solo acudimos cuando se nos solicita”
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Su coordinadora, Maribel Sanz García, puericultora de profesión y con experiencia previa en el servicio de voluntariado del hospital San Juan de Dios de Pamplona, asegura que el grupo de voluntarios de Estella trabaja con criterios de respeto, confidencialidad y conscientes del derecho del paciente a su intimidad. El viernes 11 de mayo, el servicio celebraba el Día del Enfermo.
¿Sorprende hoy en día que la gente dedique su tiempo a los demás?
Sí, sorprende que te dediques de forma altruista, sin cobrar dinero. De hecho hay quien ha intentado pagarnos alguna vez y quien pregunta si somos religiosas. Es cierto que el voluntariado no es lo más habitual en la sociedad que vivimos pero cada vez la gente es más consciente del valor de esta acción. Queremos transmitir el valor de la solidaridad y la justicia social. Cada vez hay más personas con necesidades, muchos ancianos que están solos y que son nuestra prioridad.
¿Por qué lo hacen? ¿Cuáles son las razones personales?
Cada persona tiene su motivación personal. Unos lo hacen por solidaridad, otros por sentirse útiles, otros, como digo, por buscar mayor justicia social; pero todos coincidimos en la importancia de darnos a los demás. Lo hacemos por amor y porque es una forma de sacar lo que hay dentro de nosotros. Estamos de acuerdo en dedicar parte de nuestro tiempo libre a quien lo necesita, y lo hacemos en equipo. Los voluntarios del hospital somos una piña y recibimos más de lo que damos.
Después de más de dos años de servicio, ¿se fortalece su papel dentro del hospital?
Con claridad, desde el punto de vista del paciente, de la familia y del personal sanitario. Todos nos transmiten que nuestra labor se nota. Nosotros nos adaptamos al paciente, aportamos lo que necesita. Cuando tiene una estancia larga se nota más nuestra labor diaria. Intentamos ser un refuerzo emocional, una distracción, y está demostrado que ayuda a su recuperación y a su calidad de vida. También somos un apoyo a la familia y facilitamos la labor del personal sanitario haciendo que el paciente se encuentre entretenido y no esté todo el tiempo llamando a las enfermeras.
¿Está el servicio lo suficientemente popularizado?
Creemos que no lo está al cien por cien. Estamos a disposición de quien nos necesite y funcionamos a través del servicio de enfermería. No vamos tocando puerta por puerta sino que respetamos la intimidad del enfermo, solo acudimos cuando se nos solicita y no sustituimos al personal que quiere trabajar acompañando durante las noches, porque nuestro horario es limitado de mañana y de tarde.
¿Qué ofrece el grupo de voluntarios al paciente?
Intentamos que se sienta arropado, acompañado, comprendido, entretenido, en vez de solo. Por supuesto, también respetamos cuando desea estar solo. En ese caso, nos despedimos y, si cambia de opinión y nos necesita, nosotros volvemos. También queremos ser una ayuda al cuidador o a las familias. A veces es el cuidador, también mayor, el que más nos necesita. Podemos ser comodín mientras descansa un rato o va a casa a cambiarse.
¿Cuáles son los criterios, las reglas de funcionamiento del colectivo, durante la atención a los enfermos?
El grupo tiene muy claro que la principal norma de trabajo es la confidencialidad, el derecho a la intimidad del paciente. Por eso somos muy respetuosos, discretos y defendemos la sencillez, el compromiso de la constancia y la capacidad de trabajar en equipo. Sabemos en todo momento que estamos prestando un servicio.
¿Precisa el grupo de más colaboración? ¿Cualquier persona puede ser voluntaria?
Alguna persona más nos vendría mal, para tener más apoyo dentro de la asociación, sobre todo en temporadas de mayor número de ingresos en el hospital, ya que no siempre estamos todos disponibles. La persona que quiera ser voluntaria tiene que pasar previamente una entrevista. Ha de ser una persona equilibrada y madura en su conducta y estar dispuesta a recibir una formación. Los voluntarios somos personas normales y corrientes pero todos tenemos un espíritu positivo.