Los Arcos celebró con pan y vino la festividad de San Vicente

Los vecinos secundaron la tradición el viernes 22 de enero en la plaza del ayuntamiento

Los Arcos revivió una edición más la festividad de San Vicente y la tradición del pan y del vino. Numeroso público se daba cita el viernes 22 de enero, a la una de la tarde, ante la fachada del ayuntamiento de la villa para recoger el pan bendecido y el vino que acompañaría la comida de ese día, bien en cuadrilla o en familia. Se repartieron 300 barras cortadas en 2.100 pedazos y cerca de 600 botellas de los caldos elaborados en las tres bodegas del municipio –Nuestra Señora del Romero, Alzania y Fernández de Arcaya.

La fiesta en honor de San Vicente comenzaba a las doce del mediodía con una eucaristía en la parroquia de Santa María de Los Arcos, presidida por la Corporación municipal. Desde allí el Ayuntamiento y los vecinos se desplazaron hasta el consistorio. A la una de la tarde, en el salón se bendecía el pan y el vino.

La cita se llevó a cabo, como manda la tradición, gracias a la colaboración de miembros de las diferentes asociaciones de Los Arcos. Desde el balcón lanzaban los trozos de pan que en la calle los vecinos recogían al vuelo antes de que cayeran al suelo. El vino, se repartió entre la gente que formó cola para recibir las botellas.

Desde el siglo IV

Se dice que la tradición de San Vicente se celebra en Los Arcos desde el año 304. A la ermita en su honor enclavada en el antiguo poblado de Yániz, hoy derruida, acudía anualmente en la misma fecha el Ayuntamiento en cuerpo de Corporación, el clero parroquial, autoridades y vecinos para rendir culto al Santo en solemne misa. Después se bendecía el pan y el vino, alimentos que se arrojaban al público allí congregado por una pequeña ventana de la ermita.

Era una gran hazaña, como hoy en día en la plaza del ayuntamiento, recoger los trozos de pan que se repartían después las cuadrillas que preparaban sus almuerzos. Más tarde los vecinos bajaban al pueblo con sus rondallas para recorrer las calles y solicitar a las mozas su aportación de jamón, chorizo y otras viandas con las que preparar una merienda en las diferentes bodegas que antes existían.

Cuenta la leyenda que estando espigando una madre con sus dos hijas, la madre les dijo: “Si a misa a Yániz no vais, piedras os volváis”. Esta es la conclusión que después se sacó de la existencia de tres menhires situados muy cerca de la ermita. Las piedras fueron retiradas por arreglos en el camino.

Más o menos fiel a la tradición antigua -con cambio de escenario pero con la misma costumbre del reparto del pan y del vino-, la festividad de San Vicente mantiene en la localidad su importancia. Seguramente, el origen más posible del acto de lanzar el pan tenga que ver con las épocas de hambre que llevaban al ayuntamiento a repartir este alimento básico entre la población.

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