La fiesta en honor de San Vicente comenzaba a las doce del mediodía con una eucaristía en la parroquia de Santa María de Los Arcos, presidida por la Corporación municipal. Desde allí el Ayuntamiento y los vecinos se desplazaron hasta el consistorio. A la una de la tarde, en el salón se bendecía el pan y el vino.
La cita se llevó a cabo, como manda la tradición, gracias a la colaboración de miembros de las diferentes asociaciones de Los Arcos. Desde el balcón lanzaban los trozos de pan que en la calle los vecinos recogían al vuelo antes de que cayeran al suelo. El vino, se repartió entre la gente que formó cola para recibir las botellas.
Desde el siglo IV
Se dice que la tradición de San Vicente se celebra en Los Arcos desde el año 304. A la ermita en su honor enclavada en el antiguo poblado de Yániz, hoy derruida, acudía anualmente en la misma fecha el Ayuntamiento en cuerpo de Corporación, el clero parroquial, autoridades y vecinos para rendir culto al Santo en solemne misa. Después se bendecía el pan y el vino, alimentos que se arrojaban al público allí congregado por una pequeña ventana de la ermita.
Era una gran hazaña, como hoy en día en la plaza del ayuntamiento, recoger los trozos de pan que se repartían después las cuadrillas que preparaban sus almuerzos. Más tarde los vecinos bajaban al pueblo con sus rondallas para recorrer las calles y solicitar a las mozas su aportación de jamón, chorizo y otras viandas con las que preparar una merienda en las diferentes bodegas que antes existían.
Cuenta la leyenda que estando espigando una madre con sus dos hijas, la madre les dijo: “Si a misa a Yániz no vais, piedras os volváis”. Esta es la conclusión que después se sacó de la existencia de tres menhires situados muy cerca de la ermita. Las piedras fueron retiradas por arreglos en el camino.
Más o menos fiel a la tradición antigua -con cambio de escenario pero con la misma costumbre del reparto del pan y del vino-, la festividad de San Vicente mantiene en la localidad su importancia. Seguramente, el origen más posible del acto de lanzar el pan tenga que ver con las épocas de hambre que llevaban al ayuntamiento a repartir este alimento básico entre la población.