La Semana comenzaba como es habitual con el recibimiento, en esta edición, a la corte del Rey Teobaldo I y con el habitual desfile desde la plaza San Martín hasta la de los Fueros. La actividad arrancaba así el lunes 20 de julio y casi sin descanso se prolongaba hasta el domingo 24. Durante la Semana, la vida en calles y plazas fue continua con actividades infantiles fijas (Coronación y plaza Santiago, especialmente) y otras itinerantes de danza, música, leyendas, monstruos, trovadores, cuentacuentos y un largo etcétera.
No faltaron los espectáculos con escenario en la plaza de los Fueros ni las actividades incondicionales en el programa que le dan especial atractivo, es el caso de los torneos medievales en el palenque (plaza de toros), la cena medieval el sábado en los salones del convento de San Benito y los Mercados de Antaño en el barrio de San Juan y la Rúa de los Oficios en san Pedro y San Miguel, durante el sábado y el domingo.
Sobre todo durante el fin de semana, el público de fuera se acercó hasta la ciudad del Ega para conocer la recreación histórica del pasado medieval de Estella y los puestos de los mercaderes. Comercios y establecimientos de hostelería dieron el mejor recibimiento con la mejor ambientación durante la Semana, el mejor género y las mejores viandas. Tras dos años de parón, la Semana Medieval contribuyó a recuperar la normalidad en las calles.