
El gran tamaño de las esculturas llama la atención, alguna alcanza los tres metros de altura. Cada obra muestra varias caras, como si estuvieran vigilantes. Las expresiones de los personajes tallados en la piedra son el sello de identidad del autor.
Pablo Nogales explica que fue hace tres años cuando empezó a trabajar la piedra para dar rienda suelta a su creatividad. Nogales ha recibido diversos encargos de particulares y también de ayuntamientos, como Los Arcos o Bargota para colocar esculturas en lugares públicos. Asimismo, los rincones de la localidad en la que vive desde hace unos años, Mues, y los jardines de varias casas están decorados con creaciones firmadas por él.
La prueba de fuego es Estella, la localidad de mayor tamaño donde ha expuesto Nogales. “Me hace mucha ilusión que la gente me pida que coloque mis esculturas porque les gusta o las aprecia. Estoy muy contento de traerlas y que se muestren en este punto tan bonito de la ciudad”, destacó. El concejal de Cultura, Félix Alfaro, apuntó que si el autor está de acuerdo y a los vecinos de la ciudad les gusta, la colección de esculturas podría convertirse en una cesión permanente.