
“El recorrido comenzó luminoso a las 20.30 horas y terminó dos horas después con el protagonismo de las velas “
20.30 horas en la iglesia de San Juan, preparada para uno de los momentos más importantes del año. En el interior se encontraban reunidos los nueve pasos desde la mañana, cuando miembros de la cofradía los trasladaban desde el lugar donde se guardan durante el año, el Santo Sepulcro. Priores, cofrades y acompañantes se preparaban para sacar los nueve pasos que recorrerían las calles a ritmo de tambor en una rigurosa sobriedad, con más ganas y devoción si cabe, después de que el año pasado la lluvia malograra el itinerario por el centro de la ciudad y relegase la celebración a un viacrucis en el interior del templo.
El pregonero y los malditos, el Antiguo Testamento y el Arca de la Alianza, la Oración del Huerto, el Cristo Atado a la Columna y el Ecce Homo, en un primer bloque, seguidos por la banda de Tambores. Uno a uno, todos los elementos de la Procesión abandonaban el templo y se mostraban ante el público congregado en la plaza de los Fueros, como lo estaría también a lo largo de todo el recorrido para acompañar y ver pasar el Santo Entierro.
Por orden
Tras los tambores desfilaban La Verónica, los niños portadores de los atributos de la Pasión, los pasos de la Cruz a Cuestas (que recibía los días previos retoques en pintura para su mantenimiento), El Calvario, los estandartes de los cuatro elementos –Agua, Tierra, Fuego y Aire- y el Velo del Templo, seguido del centurión y los soldados a caballo, El Descendimiento, el Santo Sepulcro, el clarinero, la bandera de la Santa Veracruz, la presidencia de la Veracruz, el manípulo o ejército de soldados romanos, La Dolorosa, la presidencia del Clero con representación de todas las parroquias de Estella y los integrantes de la banda de música cerrando el cortejo.
23 ediciones
La Procesión del Santo Entierro implicó una edición más, y ya van 23 ediciones, a varios centenares de personas en el porteo y acompañamiento del acto religioso. Desde la plaza de los Fueros, la comitiva se encaminó por las calles La Estrella, Estudio de Gramática, Navarrería, La Imprenta, Chapitel, Julio Ruiz de Alda, Zapatería, y la calle Mayor hasta la plaza de Santiago. Desde aquí, por la calle Calderería, el grupo volvió a la plaza de los Fueros y al interior de la iglesia de San Juan Bautista.
El acto religioso propio de la Semana Santa se sumó este año a la celebración por primera vez desde que se dejara de organizar en 1975 del Viernes de Dolores. El 11 de abril una pequeña procesión, que arropaba a un único paso, La Dolorosa, recorrió las calles entre la iglesia de San Miguel y la de San Juan. El traslado propiciaba que el paso de la Virgen descansara durante toda la Semana en el céntrico templo hasta la llegada del resto en Viernes Santo. Ambos actos despertaron una gran expectación y seguimiento en las calles.
24 ediciones más un traslado
La Cofradía de la Santa Vera Cruz recuperaba la procesión de Viernes Santo de Estella en 1992. Ese era el año que los nueve pasos y el resto de elementos volvían a las calles. Han pasado 24 ediciones, de las cuales tan sólo la de 2013 no pudo realizarse; otras se acortaron por el mal tiempo y la duda la ha puesto en peligro en varias ocasiones. Como novedad este año y en pleno camino hacia una mayor revitalización de la Semana Santa y una mayor vivencia, la Cofradía recuperaba con éxito el traslado de La Dolorosa en Viernes de Dolores.
Título
La Santa Vera Cruz homenajeó a Pablo Senosiáin
La ininterrumpida participación de Pablo Senosiáin en la procesión del Santo Entierro desde la primera edición en 1992 le hizo merecedor del reconocimiento que anualmente brinda a sus colaboradores la cofradía de la Santa Vera Cruz de Estella. Desde la recuperación del acto religioso, Senoisiáin se ha encargado de abrir el cortejo y marcar su ritmo.
El homenajeado recibió de manos del presidente de la cofradía, Roberto Hita, una placa conmemorativa en agradecimiento. La entrega se hizo en el contexto de la celebración de la Asamblea Anual Ordinaria, unos días antes de Semana Santa, en los locales parroquiales de San Miguel. El homenajeado agradeció el gesto con la lectura de una poesía propia dedicada a todos y cada uno de los pasos de la Vera Cruz.