Por parte de la residencia San Jerónimo acudió su director, David Cabrero; de Cruz Roja, la presidenta de la asamblea local de Estella, Ainara Ajona, y la alcaldesa Begoña Ganuza en representación de la escuela infantil municipal Arieta. El consejero se refirió a la importancia del programa para consolidar valores y motivar a los alumnos. “Intentamos que la expulsión sea el último recurso para conseguir la reeducación y reinserción de los alumnos. El objetivo es que el alumno sustituya la infracción con expulsión por la labor de apoyo y ayuda social, para sentirse útil y conocer la situación de otros ámbitos”, decía el José Iribas.
Caso por caso
Cada caso llevará un estudio individualizado por parte de un comité de convivencia creado en el centro de estudios y a cada alumno se le asignará una tarea. Los responsables de las entidades colaboradoras enumeraron labores sencillas como limpiezas, acompañamiento de residentes, mantenimiento en la residencia de ancianos, la recepción de ropa y reparto en el servicio ropero de Cruz Roja o la ayuda en el comedor o lecturas en la escuela infantil.
“Cuando un alumno va a ser expulsado la comisión, de convivencia se lo comunica a la familia. La familia y el propio alumno son los que deciden”, apuntaba la directora del IES Tierra Estella, Cristina Pinillos. Los alumnos desempeñarán los trabajos de ayuda a la comunidad durante uno y cuatro días, en función del tipo de falta.