
“Los asistentes a la feria podían adquirir un ticket de 5 euros para degustar los cuatro vinos de las bodegas antiguas junto con un pincho“
La alcaldesa de Dicastillo, Mª José Sagasti, asumía por primera vez, junto con el resto de concejales, la organización del Día del Espárrago. En esta ocasión, el vino cobraba más protagonismo que en ediciones anteriores y contribuía también a recuperar una parte del pasado de Dicastillo. “En la década de los 40, antes de que se creara la bodega cooperativa, en cada casa funcionaba una bodega para la elaboración de vino. Esto ocurría en Dicastillo como en otras localidades próximas, por ejemplo Arróniz, Los Arcos o Viana. Aquí había en torno a 50, de las cuales se conservan 40. En esta ocasión hemos querido recuperar la tradición milenaria de la elaboración de vino”, explicaba.
Cuatro de esas cuarenta bodegas que aún existen en la localidad abrieron sus puertas para promocionar cuatro vinos de Tierra Estella. Las dos bodegas de Dicastillo, Palacio de la Vega y Laderas de Montejurra, la bodega cooperativa San Cristóbal, de Cirauqui, y Bodegas Lezáun, de Lácar. Cada una ocupó una de las cuatro bodegas antiguas para ofrecer sus caldos. Los asistentes podían adquirir un ticket por el precio de 5 euros que daba derecho a la degustación de los cuatro vinos, acompañados de unos pichos. La recaudación revertiría en el pueblo y se destinaría en la rehabilitación de la fuente de la plaza, construida en el siglo XVI.
Venta artesanal
A las diez de la mañana comenzaba la actividad festiva en el municipio con la apertura del mercado de productos artesanales y agroalimentarios. Cuarenta puestos se instalaron en la plaza y en las calles próximas para ofrecer productos de diferente tipo, entre otros, queso, anchoas del Cantábrico, tartas y dulces, embutido y dos puestos de venta de espárrago fresco.
Una hora después, reunidas las 24 cofradías gastronómicas asistentes a la cita, los integrantes desfilaron con sus capas y trajes de ceremonia hasta el centro cultural Joaquín Madurga, acompañados por la banda Bizkarra. A esa hora se abrían también las bodegas tradicionales y comenzaba la degustación de vinos y pinchos. También se pudo ver una exposición de herramientas utilizadas en el cultivo de la vid y en la elaboración del vino en la sala parroquial. Se trataba de una colección de Jesús Larrea de Fitero.
El XXII Capítulo de la Cofradía del Espárrago de Navarra representaba en la mañana del domingo 13 el acto más institucional. Los protagonistas este año eran la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Lourdes Goicoechea; el ex presidente del Consejo Regulador del Espárrago de Navarra, Martín Barbarin; el gerente de conservas El Navarrico, José Pedro Salcedo Soria; el restaurante Marisol, de Cadreita; y las sociedades gastronómicas El Chanclazo y el Poziko, ambas de Pamplona.
Como cofrades de número se sumaron la madrina de la feria, Angelita Alfaro; Adela Morcillo, Ana Urtásun, Mª José Cambra, José María Jiménez, José Miguel Leoz y Rafael González. Además, las cofradías de la Anchoa del Cantábrico y la del Aceite de Oliva de Cascante se hermanaron con la del Espárrago. La coral Valle de Aranguren actuó ante un público de 150 personas que abarrotaban el centro cultural.
Durante la celebración del capítulo y también después, la plaza acogió el acto más popular de la jornada. Con la colaboración de una docena de voluntarios, se prepararon 350 kilos de espárrago -esta vez del productor local Carmelo Macua- y se repartieron 2.500 raciones. En torno a la una de la tarde, en el salón de plenos del ayuntamiento, se procedía a la elección del Mejor Espárrago de Navarra y de Dicastillo. La madrina de la jornada, Angelita Alfaro, leyó el pregón desde el balcón, una oda en defensa del espárrago blanco de Navarra, y regalaba unas alpargatas bordadas a la alcaldesa. Un ejemplar de su último libro de recetas entregaría también al ganador del concurso del espárrago.
Recogida sin precio
La feria se desarrollaba en un contexto nada favorable para los agricultores. Cuando la recogida alcanza más o menos el ecuador de la campaña, todavía no hay un precio por el kilo de espárrago. A ello se refería el ex presidente del Consejo Regulador del Espárrago de Navarra, Martín Barbarin, quien aseguró que nunca antes el sector había vivido una situación igual. “No sabemos ni cómo ni cuándo ni cuánto vamos a cobrar. Estamos vendiendo sin precio fijo, algo que nunca había ocurrido. Cogemos los espárragos porque no hay más remedio”, destacó. En cuanto a la calidad del producto de este año, Barbarin destacó que es muy buena, aunque hasta hace unos días el frío y la lluvia habían generado poca producción. “Estamos cogiendo ahora con los primeros calores, por eso la producción está siendo baja, sobre todo en el valle de Yerri. Posiblemente, la campaña se alargará más que otros años”, decía.
Bodegas antiguas abiertas al público
Las cuatro bodegas tradicionales que acogieron las degustaciones de vinos eran la bodega de Berrio, de José Jesús Galdiano; la bodega de Basilia Ugarte, la bodega de Javier Landa y el lago de las Mercedes, de Emilio Valerio. En ellas se instalaron durante unas horas en la mañana del domingo los vinos de Palacio de la Vega, Laderas de Montejurra (ambas de Dicastillo), Bodegas Lezáun y la bodega cooperativa San Cristóbal, de Cirauqui.