“En opinión de padres y educadores,
el cese de la actividad supone la pérdida
de unos espacios y una enseñanza de calidad
”
Los padres y los trabajadores del centro lamentan que no haya ningún estudio que avale la decisión, mientras que desde el departamento atribuyen al descenso de los datos de matriculación y a la necesidad de una reforma para adecuarse al nuevo Decreto sobre Escuelas Infantiles las razones para cerrar la única escuela infantil del Gobierno de Navarra en la ciudad del Ega. En opinión de los padres y de los profesores, el cierre supone la pérdida de un espacio y una enseñanza de calidad. Además, entienden que el descenso de matriculación general en todos los centros de 0-3 años es coyuntural consecuencia de la situación económica actual.
A ello se refiere una de las madres del centro, Sabina Pérez de Obanos Frieros. “Tenemos muchas razones para que no se cierre la escuela. Primero porque vivimos un situación especial por el momento económico y creemos que la decisión hay que tomarla a medio y largo plazo. Tenemos estimaciones de que para el próximo curso la matriculación habría crecido. Además, consideramos que cuando el bache pase, con una sola escuela infantil pública, como sería Arieta, no habría plazas suficientes para cubrir la demanda actual”, apunta.
En este curso 2012-2013, la escuela pública Izarra atiende a 28 niños, la cifra más baja de los últimos siete cursos. En 2008-2009 el número de matriculados era 65, una cifra que con oscilaciones se ha mantenido más o menos en los siguientes dos años y que bajó algo más en el curso pasado, hasta los 44 niños. En el resto de escuelas infantiles, públicas y privadas, la tendencia también ha ido a la baja, sobre todo en el último año. Por ejemplo, la escuela infantil Arieta, de gestión municipal, atiende este curso a 49 niños.
Centro de calidad
En opinión de la comunidad educativa, no es una cuestión exclusivamente numérica, también de servicio y atención cualificada. “No queremos que se cierre la escuela Izarra porque se pierde un espacio con unas condiciones muy especiales: un espacio propio para lactantes, un patio exterior, otro interior, cocina propia y la larga experiencia de sus educadoras.”, añade la madre.
El grupo de educadores, ahora mismo formado por cuatro personas, apoyan también estos argumentos. Cocha Rubio García añade que una vez que se cierre el centro ya no hay vuelta atrás. “Creemos que es menor el coste de mantener el centro, aunque sea con menos niños, que cerrarlo y perder el valor de las inversiones que se han ido haciendo durante todos estos años”, explica.
Junto a la entrada en Registro de las firmas y el envío a la gerente del INAFI de la propuesta contra el cierre, padres y trabajadores esperan la exposición en el Parlamento de su posición a través de un grupo político. No pierden la esperanza de que el departamento dé un paso atrás y siga apostando por el centro público en Estella.
