
Sobre la dinámica de la actividad se refería el director de la residencia, David Cabrero. “A cada uno de los alumnos se le adjudica un abuelo como referente y, durante todo el año, realizan juntos distintas actividades, como teatro o poesía, consiguiendo un trato personalizado y cercano. En esta ocasión, para la excursión de final de año, hemos elegido para visitar Senda Viva y el Monasterio de la Oliva”, decía.
La visita consistió en un recorrido guiado por el parque enclavado en Arguedas, en el que más de 800 animales de 200 especies conviven en régimen de semi libertad. Los más jóvenes pudieron disfrutar también de las distintas atracciones, como una exhibición de vuelo de rapaces en la que participaron más de 40 ejemplares.