
Las novedades eran solamente una parte de un amplio programa que comenzaba a las once de la mañana con la presentación de la nueva cosecha de flor de sal de manantial y Sal de Oro, continuaba con talleres infantiles relacionados con la sal, los baños de agua, pincho-pote con la sal como aderezo protagonista, una cata a ciegas y visitas guiadas a la salinera para conocer el oficio milenario de la recogida de la sal. A partir de las once, los visitantes pudieron disfrutar, igualmente, con una feria de artesanía nutrida con productos de la zona, como el queso, la miel o el vino.
La participación de los restaurantes Príncipe de Viena y Beethoven permitieron diseñar un taller gastronómico con degustaciones que ensalzaban la verdura tudelana y el condimento de la sal. Quienes quisieron vivir una jornada completa participaron en una comida popular en el frontón de Salinas de Oro (número de participantes…) y con la actuación ‘Payaso’, del grupo teatral ‘Des Clos’ en la sobremesa. Una jornada “nada sosa” y diferente en el segundo domingo de agosto.