Estos eran los cambios aplicados a una edición populosa que, aunque tuvo una inscripción inferior –otros años rondaba los 1.100-1.200- la participación fue más o menos la misma. El vicepresidente del club, Miguel Ángel García, apuntó que el precio simbólico pretendía, además de colaborar cada año con una ONG, medir el verdadero interés de la gente por participar.
“Otras ediciones se apuntaban hasta doce personas de una misma familia, algunos cogían las camisetas pero no la bicicleta. Ahora vemos el verdadero interés. Aunque el número de inscritos sea inferior, el interés es el mismo. El domingo salieron a andar en bici los que siempre han salido y quienes de verdad quieren hacerlo y, por supuesto, nuestra valoración es muy positiva”, explicó.
El pelotón se fue formando en la plaza de los Fueros en torno a las 11 de la mañana, un perfil mayoritario de familias. “Son participantes de entre 35 y 40 años con sus niños”, añadía García. El recorrido discurrió por el paseo de la Inmaculada, Yerri y Zaldu hasta el cruce de Arbeiza con la Vía Verde para volver por Valdelobos, el paseo de los Llanos, Sancho el Fuerte, la Inmaculada y San Andrés.
La llegada se marcó en la plaza de la Coronación, como es habitual, donde se sirvió un almuerzo a todos los participantes. Un grupo de en torno a 25 voluntarios, miembros del club ciclista y allegados, hicieron posible la cita con su trabajo en las tareas de inscripción y reparto de camisetas, la señalización y la preparación del almuerzo.
La cita discurrió sin incidencias y cumplió el objetivo con el que la organiza anualmente el club: el fomento del uso de la bicicleta, tanto en el ámbito deportivo como en el de la movilidad. “Queremos que la gente se anime a coger la bicicleta y salir a pasear. Tenemos un carril bici con vistas a que se amplíe, así que hemos de incorporar el uso de la bici en nuestra vida diaria”, explicó Miguel Ángel García. El día de la Bicicleta cumplirá el próximo año números redondos, su trigésima edición.