El Ayuntamiento de Estella rindió homenaje a las familias de los dos Guardia Civiles asesinados en el atentado perpetrado por ETA en la ciudad del Ega el 21 de agosto de 1988. Un coche bomba estallaba a las 7.30 horas frente a la discoteca Trovador y acababa con la vida de los guardia civiles Antonio Fernández Álvarez y José Antonio Ferri Pérez. Una eucaristía en la iglesia de San Miguel, el pasado 21, recibía a las viudas Pili Hernández y Manoli Resa, y los hijos de ésta, Miguel Ángel, Ana Belén y José Manuel Ferri Resa, el día que se cumplía el 25 aniversario del atentado.
Desde el consistorio acudieron la alcaldesa, Begoña Ganuza, sus compañeros Félix Alfaro, Mayte Alonso y Menchu Jiménez; los socialistas José Ángel Ízcue y Nela Rodríguez y la edil María Unzué, del PP. En representación del Gobierno de Navarra se acercaron la delegada del Gobierno, Carmen Alba; el presidente del Parlamento, Alberto Catalán; el consejeros de Bienestar Social, Iñigo Alli, y el de Interior, Javier Morrás, y diversos diputados. También estuvieron representantes de los cuerpos de seguridad, Policía Foral, Nacional y Guardia Civil. Al término de la eucaristía, en el patio de la casa-cuartel, junto al monolito en recuerdo de los agentes asesinados, se colocaron unas flores en su memoria.