““Este reconocimiento es extensible a todas las personas que
han estado conmigo y han confiado en mí”
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Considerada deportista de élite, Maite Ruiz de Larramendi practica la pelota desde los ocho años, aunque se gana la vida como técnico especializado en radiodiagnóstico en el hospital Virgen del Camino de Pamplona. Asegura que su trayectoria no ha sido fácil en un deporte masculino, pero nunca le faltan ni la ilusión ni las ganas de lucha.
¿Cómo sienta ser la mejor y que además te lo reconozcan?
Choca un montón que sea ahora. Méritos tenemos, de todo este tiempo, a veces reconocidos y otras veces no, por eso esto puede ser un reconocimiento a la trayectoria. El año pasado, con el premio mejor pelotari, entre chicos y chicas, en el mundial de Pau, ya fue la bomba. Pensaba que sería lo máximo y de repente ahora se me reconoce en mi tierra. Llega a mis 38 años y por eso es extensible a toda la gente que durante todo este tiempo ha estado conmigo, que ha confiado en mí.
¿Cómo fueron tus inicios?
Comencé en pelota mano con ocho años en el club de Améscoa que pertenece al club San Miguel, era la única chica. Jugué hasta los 15 años y entonces lo tuve que dejar. Tres años después recibo la llamada de Adón Larrión, para hacer una prueba. Mi madre que siempre me ha apoyado al cien por cien y que lamentó mucho que dejara la pelota por el hecho de ser mujer, me comunicó la llamada y que me querían hacer una prueba. En 1991 comencé a jugar con Susana Muneta, en el 92 disputamos el primer Campeonato de Navarra e hicimos una prueba para la selección española de trinquete. Empezamos a entrenar con la selección y a viajar a San Sebastián y a Francia. En el 93 conseguíamos el bronce en sub 22 en Argentina, en el 94 el bronce en el Mundial Absoluto, en el 98, el oro en el Mundial de México, en 2002, la plata en Pamplona, otra plata en 2006 y el oro en Pau en 2010.
¿Ha sido fácil?
Fácil no lo he tenido. Cualquier chico lo hubiera tenido más fácil o lo hubiera vivido de otra manera. Yo lo he luchado mucho. Los chicos siempre tenían sus horarios, nosotras hemos tenido que desplazarnos mucho más, el reconocimiento es menor, los premios también, el patrocinio… Ha habido gente que no quería jugar con chicas pero también quien nos ha visto como un rival más.
Una mujer en el mundo del deporte y, además, en una disciplina tradicionalmente de hombres.
Es un deporte minoritario, sobre todo para las chicas. Los chicos siempre tenían una meta, llegar a profesional. Nosotras manteníamos la ilusión de ver qué campeonatos se organizarían, pero sin opción para vivir de la pelota. Yo estoy considerada deportista de élite, pero no tengo una mensualidad, para eso desarrollo mi trabajo, sin dejar de lado mis entrenamientos y la escuela de pelota de Oberena. Ojalá que lo que he conseguido sirva para tumbar barreras, para que las chicas de hoy lo tengan mañana mucho más fácil y no se plantee si el deportista es chico o es chica.
¿Cómo valoras la afición a la pelota en Tierra Estella?
La pelota a mano tiene muchísima afición en Tierra Estella. Los niños tienen muchos referentes y quieren ser como ellos. Sí es necesario trabajar más la base femenina, desde las escuelas.
Has participado en cinco mundiales, has ganado dos, ¿estás satisfecha con tu trayectoria o te consideras una persona inconformista?
Insatisfecha no voy a estar nunca, aunque no hubiera jugado ni ganado un mundial. Siempre he hecho lo que me gustaba. De todos modos, como más satisfacción encontraría sería viendo que hay muchas chicas detrás que van a jugar a pelota sin trabas.
¿Qué recuerdos guardas del mundial en Pau?
Fue un mundial muy especial, sobre todo porque estábamos las cuatro chicas formando un grupo. Se consiguieron cosas por las cuatro, incluso por las que estaban en el banquillo también dándolo todo desde allí. La medalla se consiguió con el esfuerzo de las cuatro personas, el apoyo y la unión fueron necesarios.
¿Qué retos tienes pendientes?
Me gustaría muchísimo vivir una olimpiada, por el hecho de vivir el ambiente y tener a los grandes deportista cerca. Lo más próximo que he vivido fue la Olimpiada Cubana. Ojala algún día, quizá con 80 años, pueda ver que la pelota es olímpica. Eso sería lo mejor.
Título
Andrea Barnó, Premio Especial Reyno de Navarra
La capitana de Asfi Itxako, la estellesa Andrea Barnó, recibió el Premio Especial Reyno de Navarra. Los éxitos conseguidos con el equipo -que se traducen en la liga, la copa de la reina y el subcampeonato de Europa durante la pasada temporada-, además de su participación en la selección española le han hecho merecedora del reconocimiento. Su pareja, Koldo Leoz, recogía el premio en su lugar. Andrea Barnó se encontraba en Brasil disputando el mundial de balonmano con la selección española.