El salón del céntrico restaurante contó, durante la comida del sábado 19 de diciembre, con la presencia del galardonado, de 71 años, acompañado por su mujer, Merche Fernández, y por su hijo Josu García.
Estuvieron también presentes los candidatos propuestos por los medios de comunicación locales: Miguel Iriberri, Presidente del Consejo General de Ingenieros Industriales de España y presidente de la Asociación de Ingenieros de España; el presidente del club San Miguel de pelota, Luis López; Isabel Gil y María Sanz, en representación del colegio público Remontival, que en 2015 cumplió 50 años, y el párroco Óscar Azcona y Basilio Echávarri, en representación de Cáritas Estella. El cronista y fotógrafo estellés Domingo Llauró, también nominado al premio no acudió a la cita. El alcalde Koldo Leoz representó al Ayuntamiento y obsequió a Felipe García de una insignia con el escudo de la ciudad.
A los postres llegaba el momento clave de la cita: la entrega del galardón –la escultura estrella de ocho puntas, diseño de Carlos Ciriza-, en un momento durante el que no faltó el txistu. Amara Astarriaga bailó un aurresku, acompañado por los txistus de varios miembros del colectivo homenajeado: Txelis Aznárez, Mª Eugenia Santamaría, Peio Azcona, Maribel Elizondo, Maider Etxeto, Maribel Elizondo, Rafael Troncoso y Xabier Bilbao. También sonaron las notas del himno del patrón San Andrés.
En el acto también estuvo Leire Canela, hija del presidente del C.D. Izarra, Alfonso Canela, que el año pasado recogía el Estellés del Año concedido al club de fútbol local. Canela recogía el retrato que de su padre realizaba Lorena Salazar, un gesto habitual de las últimas ediciones del galardón.
Título
FELIPE GARCÍA SÁDABA. “Es un reconocimiento a
la labor de 50 años del grupo en las calles de Estella”
¿Qué significa el reconocimiento para el grupo?
Entiendo que es un reconocimiento a la labor de 50 años en las calles de Estella, a todos estos años dando guerra.
¿Cómo recuerdas los inicios del colectivo?
José Miguel Aristizabal fue la persona que inició el colectivo. En 1964 el txistu participó por primera vez en el cohete de Estella y en el 65 lo hizo por primera vez, ya formado el grupo Padre Hilario Olazarán. Por eso en 2015 celebramos nuestro 50 aniversario. En los inicios había bastante gente, incuso más que ahora, unas quince o veinte personas; yo formo parte del grupo desde el principio. Eran unos momentos muy especiales, durante el Franquismo. Fueron unos años, no difíciles, pero sí especiales; quizá el txistu no estaba demasiado bien visto, aunque nunca se le ha puesto pegas en Estella.
Durante años, te encargaste de difundir la práctica del instrumento, ¿cómo fue?
Yo no era profesor de txistu, pero sí fui el aglutinador y ensayábamos en mi bajera, debajo de casa. Yo era quien llevaba el tema por afición.
¿Qué importancia tiene hoy en txistu en Estella? ¿Ha hecho el grupo Padre Hilario Olazarán un buen trabajo?
Pienso que cuando la gente no sigue algo es porque no se ha hecho buen trabajo, pero en nuestro caso llevamos 50 años tocando en las calles de Estella. Sí es cierto que la juventud no está muy por la labor de comprometerse en estas cosas, aunque es algo que ocurre en todos los colectivos. Es una pena.
¿Qué significa para ti la música?
Siempre me ha gustado la música. He desarrollado mi afición como buenamente he podido. Al principio tocaba el acordeón, después empecé con el txistu, formé parte de un coro y ahora toco la flauta travesera.
