En mayo del 2007 llegaron a las costas Canarias numerosos jóvenes en busca de una oportunidad. El Gobierno Foral de Navarra quiso colaborar y realizó un concurso público con el objetivo de abrir un centro en el que se les pudiera acoger y proporcionar lo necesario. La Asociación Navarra Nuevo Futuro presentó el proyecto de ‘La Casa de Zabal’ con el objetivo principal de ayudar a los menores a integrarse.
La Asociación ganó el concurso y mediante la financiación obtenida a través de la iniciativa de CAN ‘Tú eliges, tú decides’ habilitó una casa en Zabal para los diez menores sub-saharianos. Rodeados por un equipo educativo con gran experiencia comenzaron a trabajar con ellos. El proyecto consistía en dos fases, la primera conseguir su autonomía personal y una educación para poder llevarla a cabo, y la segunda, una vez emancipados lograr la estabilidad tanto profesional como personal. “El objetivo principal en la casa de Zabal era que se integraran en una cultura muy diferente a la suya y que pudieran coger autonomía para salir adelante”, explica el coordinador del proyecto, Miguel Ángel Ciriza.
Para los jóvenes era esencial aprender valores desconocidos para ellos como la igualdad de género y la autoridad, muy diferente en su cultura. Para ello el equipo realizó un trabajo intensivo en el proceso de adaptación. “Al principio fue muy duro. Vienen de una cultura muy diferente, dejando a la familia atrás, que para ellos es lo más importante”, comenta la directora de la Asociación, Laura Iparraguirre Bemposta.
Para conseguir la autonomía total de los jóvenes, no bastaba con inculcarles una nueva educación, además necesitaban formarse profesionalmente para el futuro. Por ello, los diez chicos sub-saharianos se apuntaron a la Escuela Taller donde han conseguido títulos de carpintería, soldadura y fontanería. “Hasta el momento el proyecto de empleo en el que estamos inmersos ha sido muy positivo, seis de los diez chicos han conseguido empleo. No obstante, seguiremos en ello para que todos consigan un trabajo”, añade Miguel Ángel Ciriza.
El coordinador hace referencia a la situación económica actual y los problemas de empleo pero asegura que los chicos destacan por sus ganas de trabajar. “Son personas con una gran actitud, nobleza, disponibilidad y, además, están formados. Hago un llamamiento a las empresas que necesiten gente”, agregó Ciriza. El teléfono de contacto al que los interesados pueden llamar es el 607327346.
Adaptación a un nuevo entorno
Los diez menores llegaron a España con el objetivo principal de conseguir una oportunidad con la que ayudar a sus familias. Desde el día en que llegaron a la casa, han trabajado muy duro para integrarse en la nueva cultura. “Entré en la casa con muchas ganas y con mucha ilusión de aprender a servirme sólo. Al principio fue difícil porque esta cultura es diferente a la nuestra, pero desde el primer día entendimos que teníamos que hacerlo para poder ayudar a nuestras familias”, dice Ibrahima Ndiaye.
La última fase del proyecto comenzó cuando cumplieron la mayoría de edad. Los diez jóvenes abandonaron la Casa de Zabal y se les facilitaron tres pisos en Estella para que pudieran comenzar con su autonomía. La Asociación les ayuda a buscar empleo y a resolver los problemas que puedan surgirles en lo cotidiano. “El Gobierno de Navarra una vez cumplidos los 18 años no se hace responsable de ellos, aunque mantiene ayudas económicas, entre otras. Ahora, ellos viven solos y hemos centrado el proyecto en el plano laboral. Realizamos un seguimiento de su estado haciéndoles visitas a los pisos y les intentamos ayudar, sobre todo, a encontrar empleo”, explica Mikel Ciriza. Los jóvenes se han integrado en la vida de Estella a la perfección. “Tenemos nuestras cuadrillas de amigos con las que salimos por las tardes. También jugamos a fútbol en equipos de la zona. La verdad es que estamos muy a gusto con la gente de aquí”, señala Ibrahima Ndiaye. Con la ayuda de la Asociación y de sus amigos seguirán trabajando duro para lograr la oportunidad que venían buscando y que están consiguiendo. •