
“Desde que comenzó hace siete años, Iriarte ha podido preparar más de 2.000 unidades “
“Estaba un día con el fallecido Mari Jordana hablando de qué manera podía colaborar con Anfas, soy socio desde hace cuarenta años, y se me ocurrió esto. En principio era fácil conseguir conchas, y me pareció una buena idea”, explica Iriarte, jubilado de 64 años, sobre una actividad con la que disfruta.
La parte más importante de la elaboración de una concha para entregar al peregrino es la limpieza. Iriarte sumerge las vieiras en agua con lejía para dejarlas lo más blancas posible. Después llega la parte más dificultosa, el dibujo de la cruz de Santiago, el nombre del albergue y la ciudad Estella-Lizarra con un rotulador rojo en el interior y exterior. Por último, un pequeño orificio permite pasar una cuerda para que el peregrino se la pueda colgar del cuello o la pueda sujetar en su mochila o en su alforja. “El albergue las regala y a cambio recibe un donativo del peregrino que contribuye a la gestión”, añade Iriarte.
El trabajo manual de las conchas llama la atención de los voluntarios de Anfas, quienes han pedido varias veces a Iriarte que les enseñe a realizarlas. Hace unos días, sobre una mesa en el interior del albergue, los usuarios de Anfas Rubén, Alejandra, Raúl, Juan y Mª Isabel, junto con las monitoras-hospitaleras de ese día, se pusieron manos a la obra. “Yo estoy encantado de enseñarles y de que aprendan. Lo más difícil es dibujar la cruz, pero poco a poco se consigue. Yo estaría encantado si aprendieran y me ayudaran a aprovisionar el albergue con las conchas para el peregrino”.
El artista lanza también un llamamiento a restaurantes y a las personas que viajen a Galicia. “Hay gente de Estella que me abastece, pero yo encantado de que quien quiera me traiga más”, apunta.
Título
Cuatro voluntarios cada día
El albergue de Anfas abrió sus puertas esta temporada el 3 de mayo y ofrecerá servicio hasta el 30 de septiembre. Cuatro personas, dos voluntarios y dos personas con discapacidad, se encargan cada día de atender el establecimiento, de 34 plazas, y de mantenerlo en condiciones. El año pasado pasaron en total 67 voluntarios y durante los diez años de funcionamiento del albergue han pernoctado 24.000 peregrinos. Esta temporada 2013 está siendo buena con un mes de mayo de casi lleno todos los días.