
¿Cómo viviste el cohete del Día del Niño?
Recuerdo ver desde el balcón la calle llena de gente. El auroro, el Che, la calleja de los gaiteros, estaba todo abarrotado, era impresionante. Después he vuelto a subir otras veces, sobre todo cuando mis hijas eran pequeñas, pero como aquél primer año, ninguno.
¿Cómo lo viviste?
Lo vivimos todos con muchos nervios en casa. Mi madre con los preparativos de la camisa y el pantalón, mi padre también nervioso… Salimos a la calle y en vez de ir los tres juntos, mi padre iba delante, yo detrás y mi madre después. Recuerdo muy bien ese día desde que me levanté, disfruté mucho.
¿Ha cambiado mucho la celebración de este acto?
No demasiado. La primera elección se hizo mediante votación en la escuela y luego nos recibieron en el ayuntamiento, donde nos votamos unos a otros para decidir el alcalde o alcaldesa infantil. Quedamos empatados yo y Beldarrain. En una segunda votación, Urzainqui, otro de los compañeros, me votó a mí y salí ganadora.
Nos sentíamos súper importantes. Fuimos a comer a La Cepa, y luego a mí y a dos más, creo que eran Beldarrain y Eguaras, nos montaron en una carroza para ir a la plaza de toros, a la actuación del Bombero Torero. El resto iban a pie. Paramos junto a la casa de mis abuelos, en la cuesta Entrañas, y nos hicimos una foto con ellos. Fue muy bonito.
¿Qué te gustaba de las fiestas cuando eras niña y con qué te quedas ahora?
Me gustaba mucho el baile, pero yo iba con mis padres a todos los sitios. Estaba muy empadrada y muy enmadrada. Me encantaba el encierro porque vivíamos en Espoz y Mina y bajaba con mi abuela al inicio del recorrido o iba con mis otros abuelos a ver pasar las vacas por la cuesta Entrañas.
Ahora, me quedo con los gigantes, siempre me han gustado. Son esbeltos y elegantes y, a día de hoy, cuando llega la Despedida el jueves, me pongo hasta triste. Lo vivo como una chiquilla. En mi opinión, son lo mejor de las fiestas y aunque no sabría cómo hacerlo, me encantaría poder bailarlos. También me ha gustado mucho siempre la bombada, y las comidas y cenas en cuadrilla.
¿Qué le dirías al nuevo alcalde infantil?
Que lo disfrute desde que abra el ojo. Yo no pensaba que con 52 años pudiera recordar aquél día con tanta ilusión. Muchas veces saco el álbum y miro aquéllas fotos.