Un premio en memoria de Fortunato Agirre

A las doce y media comenzaba en la plaza Santiago el homenaje con un aurresku, antes de acceder al salón de actos de la Mancomunidad Montejurra. Entre los asistentes, destacó la presencia de la alcaldesa de Estella-Lizarra, Begoña Ganuza; el senador Iñaki Anasagasti y Juan Mari Atutxa, presidente de la Fundación Sabino Arana. El acto contó con la actuación de la coral Ereintza. 

El presidente de Irujo Etxea, Koldo Viñuales, se refirió a la figura de Fortunato Agirre como un hombre emprendedor, honesto y conciliador, amante de su ciudad y de la cultura vasca. “Elegido en 1933 alcalde de nuestra ciudad, trabajo eficazmente para la modernización y progreso de la misma”. Viñuales quiso hacer extensivo el premio a todas las familias que sufrieron durante la guerra civil la pérdida de algún ser querido. “Admiramos vuestro talante democrático y compartimos vuestra pena”, añadió. 

Vida activa

El historiador Iosu Txueka tomó el relevo antes de la entrega del premio –un seiburo de madera y la medalla con la efigie de Manuel Irujo- a los hijos de Agirre. Las hermanas Mirentxu y Mikele arrancaron su discurso con el recuerdo que se forjaron de su padre a través de las fotos y las palabras de su madre. Las gemelas no pudieron conocer a su padre. “Nacimos 34 días después de su asesinato. La imagen que teníamos de él era la de un padre joven, guapo y elegante, o al menos, eso nos parecía al ver las fotografías”. Las hermanas han trabajado muy activamente en la recuperación de la memoria histórica y se refirieron al acontecimiento que supuso en su lucha la inauguración en 2008 del Parque de la Memoria de Sartaguda. 

Las flores y las voces de los miembros de la coral Ereintza pusieron el punto final a una jornada que marca un hito en la actividad de la Asociación Irujo Etxea. Trece son ahora las personas que forman parte de la lista de honor de los Premios Manuel Irujo.