José Carlos Jiménez, profesor de la Escuela de Jotas de Estella y de la Rondalla Guilaudban, se refiere a la importancia histórica y cultural de las jotas y al reclamo que representa en las fiestas. La Escuela de Jotas de Estella lleva instruyendo en la materia más de una década. Comenzó en el curso 1998-1999 con la ayuda de la renombrada profesora y jotera Elena Leache. A lo largo de estos diez años han pasado por el centro un buen número de personas que han contribuido a nutrir a los grupos profesionales de la zona. Entre otros, Vanesa Garbayo, Marta Moreno y Pedro Bujanda han sido, y algunos siguen siendo, miembros del grupo ‘Voces Navarras’, dirigido por el estellés Ángel Luquin.
“La jota tiene mucha importancia histórica porque forma parte de nuestra cultura como comunidad o región. Antiguamente, eran poemas y rimas populares que acabaron siendo cantados con la misma trayectoria que las canciones religiosas que, en sí, son textos bíblicos con música”, explica Jiménez.
En la merindad de Estella la jota data del 1500, gracias al testimonio de cancioncillas que el pueblo cantaba sobre los asuntos y quehaceres del día a día. La gran mayoría de las jotas hablan del campo, de la vendimia, de la solana, las costumbres, el tiempo, las mozas, los amores; en definitiva, de la vida cotidiana. Cada pueblo tiene sus propias jotas personalizadas con sus costumbres o lugares. Estella no iba a ser menos y, especialmente en las fiestas, se cantan jotas, en actuaciones o de manera espontánea, que conmemoran las fiestas y honrar a los patronos de la ciudad:
“De todo buen estellés,
es querer a sus patronos.
Que son la virgen del Puy,
y el Apóstol San Andrés”
Uno de los integrantes de Voces Navarras es Pedro Bujanda Cirauqui, natural de Nazar. Lleva 7 años cantando jotas y desde hace uno lo realiza de manera profesional. Comenzó su afición en la Escuela de Jotas de Estella, en Acedo, donde José Carlos Jiménez impartía clases. Continuó después con clases en Mendaza, aunque unos años más tarde se disolvió el grupo.
En la actualidad, Pedro Bujanda forma parte del grupo ‘Voces Navarras’. “Todas las semanas actuamos en algún pueblo o festival. El 7 de julio, por ejemplo, cantamos en Madrid, en la parroquia de San Fermín de los Navarros. Toda la música expresa muchos sentimientos y la jota en especial, sobre todo a la gente que la escucha”.
Las fiestas incitan a los aficionados al cante de la jota, como es el caso de Maritxu Salanueva. Integrante de la rondalla Guilaudban, cada año se anima a dedicar una jota ante la imagen de la virgen del Puy en la procesión del domingo. “Todos los años canto y siempre tengo los mismos nervios. Conforme vas llegando al punto en el que para la procesión, la emoción se va acumulando y no te cabe en el cuerpo. Soy una estellica de arriba abajo y es un gran honor para mí poder hacer esto”, apunta.
La jota está integrada en la cultura y, por ende, en las fiestas. “La jota es algo nuestro y hay que hacerlo. Me gustan las tradiciones. Lo más sorprendente, más que la emoción que puedes sentir cantando, es lo que trasmites a los demás. Yo veo que los estelleses que durante el año están fuera se emocionan mucho al oír la jota. Forma parte de nosotros y con ella afloran sentimientos de la patria”.
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Momentos de jota en Estella
Viernes 5, 13.00 h. Plaza san Martín. Actuación del grupo de jotas “Voces Navarras”. Acto organizado por la peña San Andrés.
Lunes 8, 11.30 h. Actuación del grupo de jotas “Acordes navarros”, después de la misa en la iglesia San Juan Bautista.