El corral de comedias, espacio para el teatro y los juegos de pelota y la ‘argolla’, ocupaba un patio interior cercado por viviendas en los terrenos donde se levanta actualmente el hospital viejo en el barrio de San Miguel. Su trayectoria está unida a la de su propietaria, Gracia Alemán, una mujer pionera que recibió el negocio como dote y cuya historia personal está cuajada de curiosidades, de luces y de sombras.
¿Cómo surge tu investigación sobre el corral de comedias de Estella?
Una de mis áreas de investigación es el teatro áureo en el Reino de Navarra. La División de Investigación y Desarrollo Económico de la Universidad de Rhode Island me concedió una beca, ‘Faculty Career Enhancement Grant’, para que pudiese investigar en el Archivo General de Navarra (AGN) durante los meses de verano de 2021. Además, la Universidad de Navarra me abrió sus puertas como investigador invitado.
Durante la investigación encontré una referencia a una ‘casa de comedias’ en Estella. Eso me llevó al descubrimiento del primer proceso en el Archivo de Navarra, donde se hablaba de la construcción del corral y se mencionaba a los principales protagonistas: Juan de Alemán y su hija Graciana de Alemán.
Una vez que identifiqué a estos dos personajes, descubrí que, teniendo en cuenta que eran ciudadanos ‘normales’, es decir, que no eran aristócratas ni pertenecían a las clases acomodadas, estaban involucrados en un número considerable de procesos. Consulté todos los documentos en los que se les nombraba que pude encontrar y así logré reconstruir la historia del corral y dibujar una semblanza de Graciana de Alemán.
¿Sorprende un local de este tipo en una localidad pequeña como Estella? ¿A qué se puede deber la fecha temprana de construcción?
Por aquel entonces Estella contaba con una población de unos 5.000 habitantes, Pamplona era aproximadamente tres veces mayor. Diferentes factores hacen que la fiebre por el teatro se extienda por toda la península: la profesionalización de los actores, el triunfo de la Comedia Nueva -el nuevo modelo de teatro fijado por Lope de Vega- y la creación de los corrales, gracias a los cuales se puede controlar el acceso y obligar al público a pagar entrada.
La construcción de estos primitivos teatros comienza a finales del siglo XVI, pero a principios del XVII se dispara. Para la segunda década del siglo, en la península ibérica cualquier ciudad que se precie cuenta con un teatro. En el caso de Estella vemos cómo una familia de emprendedores ve una oportunidad de negocio y se ‘lanzan a la aventura’.
¿Cómo era un patio de comedias y qué peculiaridades tenía el de Estella?
En sus orígenes, el corral de comedias típico era un patio interior cerrado por cuatro casas. En una de las paredes se encontraba el escenario donde normalmente había diferentes espacios y algunas tramoyas. En los laterales había diferentes aposentos desde donde las clases más pudientes podían ver las representaciones con más comodidad. La cazuela era un espacio reservado a las mujeres. En el patio había bancas y estrados. Los más humildes veían la representación de pie. El corral de Almagro permite hacerse una idea de cómo eran estos primeros teatros.
El corral de comedias de Estella era un local bastante rudimentario. En 1591 se construyó una casa y una pared que servía de frontón. En 1613, para cerrar el recinto se levantó una tapia en un lado y en el perpendicular se construyeron dos aposentos y un corredor. Eso dejaba un patio cerrado en medio, rodeado por paredes de dos pisos de altura que se convierte en un espacio multiusos, como ‘juego de pelota’, ‘casa de comedias’ y ‘juego de la argolla’, que era una especie de billar.
Para poder tener todas estas utilidades, lo más probable es que en el patio se levantase un tablado móvil rudimentario. Los días que no había función, es decir, cuando no había una compañía de actores de paso por la ciudad, ese tablado se desmontaba para poder utilizar el espacio como juego de pelota. No encontramos espacios típicos de los corrales ‘tradicionales’ como el vestuario o la cazuela.
¿Cuál era su público? ¿Era un negocio muy lucrativo?
A los patios de comedias acudían gentes de todas las clases sociales: aristócratas, comerciantes acomodados, artesanos, estudiantes y las clases populares. Básicamente cualquiera que podía pagarse una entrada. Eso sí, acudían juntos, pero no revueltos, ya que en estos teatros existían aposentos reservados para las clases pudientes, las autoridades, etc. y un espacio separado para las mujeres, la famosa cazuela.
Una de las peculiaridades de la casa de comedias de Estella es que dicha separación de géneros no era posible, ya que el corral solo contaba con dos aposentos que se construyeron en 1613 y supongo se reservarían para los personajes más ilustres de la ciudad.
Dada la gran cantidad de corrales de comedias que surgen en este periodo y la fiebre que se dio por el teatro, podemos afirmar que era un negocio lucrativo, aunque existen numerosos testimonios de actores que se enfrentaron a dificultades económicas extremas. No podemos olvidar que en aquel entonces el teatro era el deporte nacional.
¿Quién era Graciana Alemán? ¿Una emprendedora adelantada a su tiempo o una avariciosa?
La figura de Graciana Alemán es increíblemente interesante. Por un lado, sus relaciones familiares fueron muy belicosas. Obtuvo la propiedad del frontón como parte de su dote en 1615, pero con la condición de cuidar de su padre, que acababa de enviudar, y de su hermana, que sufría algún tipo de discapacidad.
Desde un momento muy temprano su relación con su padre se deteriora. Este intenta anular el acuerdo de donación y echar a la calle a Graciana y su marido, Bernabé Martínez. Graciana enviudó pronto y se vio envuelta en disputas con sus cuñados por asuntos de herencia.
La hija vuelve a casarse en segundas nupcias con un tal Juan de Lorca Villareal y se muda con su marido a Pamplona, aunque mantiene la propiedad de la casa de comedias a la que parece acudir con cierta regularidad.
Los pleitos de Graciana son constantes: con el albañil que se encargó de la obra, con un huésped en su casa que le acusa del robo de una colcha, con sus criados etc. Los testigos dicen de ella que es “mujer inteligente y que sabe mucho de papeles y negocios”, que levanta falsos testimonios y se aprovecha de la inocencia e ignorancia de los demás.
Frente a estos testimonios, hubo quienes testificaron en su favor y hablan de una persona generosa, caritativa y paciente con su padre, religiosa, poco menos que una santa.
Nunca vamos a saber cual de los dos extremos se acercaba más a la verdad, pero sí que podemos deducir de los diferentes testimonios que era una mujer de carácter fuerte y actitud decidida, emprendedora y valiente, que sabía leer y escribir y que conocía bien el sistema judicial. En una época en que el papel de la mujer quedaba muchas veces relegado al ámbito privado y doméstico, podemos afirmar que Graciana no se apocaba ante los hombres.
¿Sorprende la cantidad de pleitos en los que se vieron inmersos Graciana y su familia o era lo habitual en el siglo XVII?
La verdad es que sí me resultó sorprendente. Los documentos que he consultado son pleitos que llegan a los Tribunales reales, es decir, que en la mayoría de los casos ya habían pasado por un proceso en la justicia ordinaria. Considerando que se trata de una familia no aristócrata, sin alcurnia y por lo que parece tampoco excesivamente acomodada, es muy extraño que se viesen envueltos en tantos procesos judiciales.
¿Cómo sería la Graciana del siglo XXI?
Si en aquel entonces no se dejaba amedrentar, hoy imagino a Graciana como una persona que no aceptase vivir en una situación de desigualdad solo por ser mujer, emprendedora, dispuesta a enfrentarse con las dificultades que se le presentasen y que no aceptase un no por respuesta si lo consideraba injusto. Alguien que, cuando menos a nivel personal, luchase activamente contra situaciones injustas como las diferencias en las oportunidades de acceso a la educación, la desigualdad salarial y el ‘techo de cristal’.
Ubicación del establecimiento multiusos
El Corral de Comedias de Estella, propiedad de Graciana de Alemán, ocupó en el primer tercio del siglo XVII un espacio a modo de plaza entre edificios en el solar que hoy alberga el Hospital Viejo. Iñaki Pérez Ibáñez explica en su investigación y en esta entrevista que era un espacio rudimentario. En 1591 se construyó una casa y una pared que servía de frontón. En 1613, para cerrar el recinto se levantó una tapia en un lado y en el perpendicular se Construyeron dos aposentos y un corredor. Eso dejaba un patio cerrado en medio, rodeado por paredes de dos pisos de altura que lo convirtieron en un espacio multiusos, como ‘juego de pelota’, ‘casa de comedias’ y ‘juego de la argolla’.
