MIRAFUENTES | Un pueblo rico en agua

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“Cada vez se valora más la tranquilidad de los pueblos”, apunta el alcalde“

Respaldada por peñas y colinas, Mirafuentes se enclava en un entorno de singular belleza. “Nuestro principal atractivo es el paisaje, pero no nos engañemos, un pueblo no satisface sus necesidades sólo con eso. Las administraciones tienen que cuidar los pueblos porque no pueden si sólo se las considera un lugar bonito. Necesitamos ayudas para tener un pueblo bien conservado y cómodo, quizá necesitemos para salir adelante más que los núcleos grandes que ya tienen recursos propios, como industria y comercio”, reivindica el responsable municipal.

De estirar las ayudas y subvenciones sabe el alcalde, pero nunca llegan para todo. Los Fondos Estatales han llegado como un regalo y el plan trienal tapa algún agujero. Para este último, la localidad presenta el asfaltado de una calle, aunque no va a llegar para hacerla completa. “El frontón da un poco de pena porque está irregular tanto la pared como el suelo, pero ya veremos. También se necesita arreglar las escaleras de acceso a la iglesia y colocar un material para que no resbalen”, añade Chasco Arzoz. A estas necesidades se suman otras como la restauración del lavadero, la construcción de un nuevo consultorio, el acondicionamiento del entorno de la ermita de San Adrián y la colocación de pasos a nivel en la carretera.

Arreglos del tejado de la iglesia
En los últimos días se están acabando unas reformas de gran importancia en el pueblo. Con un presupuesto de 120.000 euros se ha restaurado el tejado de la torre de la iglesia y del pórtico, pero queda pendiente el suelo. “Las veredas nos sacan de algún que otro apuro, y los vecinos no tenemos problema para juntarnos, arrimar el hombro y hacer los arreglos que podemos. En este pueblo hay muy buen ambiente. Es otro de nuestros distintivos”. De hecho, explica el primer edil que cinco son las comidas populares que se organizan al año, además de las fiestas y las romerías. “Para los vecinos que somos, tenemos fama de ser muy movidos y muy bien organizados”.

Cincuenta habitantes tiene Mirafuentes en la localidad, varios matrimonios jóvenes entre ellos, lo que representa un signo de, al menos, mantenimiento demográfico. Asimismo, cada año se construyen nuevas casas y el pueblo carece de casas viejas ya que la mayoría han sido rehabilitadas. “Cada año igual se hacen cuatro o cinco casas. Ahora se está construyendo una y hay otras tres o cuatro en proyecto. Esto es una buena señal. Pienso que cada vez se valora más la tranquilidad que ofrecen los pueblos”.

La localidad, distante 32 kilómetros de la capital de merindad, cuenta entre sus servicios con un gaztetxe para los jóvenes, consultorio médico, ludoteca con accesos a Internet y frontón. También con la sociedad del pueblo. En cuanto a la actividad económica, no hay empresas ni talleres en la pequeña localidad y tan sólo una persona se dedica con carácter profesional al campo. “Mirafuentes siempre ha vivido de la agricultura, pero ahora es anecdótico”. •