El inicio de las fiestas en domingo motivó un cohete con más asistentes de los habituales. Mayores, jóvenes y pequeños esperaron impacientes el estallido del cohete que marcaría el inicio festivo. El encargado, por cuarta vez, fue el alcalde, Jerónimo Gómez Ortigosa, que acostumbra a la lanzar el primer cohete de cada legislatura que encabeza en el consistorio. También fue protagonista, en este primer día, Alfonso Sesma Botella, alguacil de la villa. Fueron los jóvenes de la peña La Lobera los que con camisetas conmemorativas de sus 25 años de servicio al consistorio, homenajearon a este vecino.
El cohete dio paso a las celebraciones propias en honor de los patronos. El lunes y el martes, Santa María y San Roque se convirtieron en protagonistas de la procesión y de la ofrenda floral de los mayores, respectivamente. Lo mismo ocurrió con los quintos de 1965 que disfrutaron de la cuarta jornada festiva de manera especial para llegar al acto estrella de las fiestas de Los Arcos, en cuanto a afluencia se refiere: la pochada.
380 kg de pochas y 1.500 comensales
El jueves, 18 de agosto, amaneció con amenaza de lluvia. Aunque en la villa no se recordaba esta celebración con agua de por medio, la pochada en la calle Mayor aguantó la lluvia intermitente que no consiguió levantar a los vecinos de sus mesas. El secreto de ello, el buen guiso del que se encargaron, como vienen haciendo desde hace 15 años, Ignacio Yániz y José Miguel Mayora, con la ayuda de Francisco Imas, Pepi García de Galdiano, Antonio Blasco, Ángel Hernández, Jesús Chasco, Jesús Mª Mauleón, Javier Arbeo, Julián Jiménez, Fede Ascorbe, José Javier Osés, Martín Olías, Javier Morrás y el parlamentario de UPN Eradio Ezpeleta.
Nada más y nada menos que 380 kg de pochas -veinte más que el año pasado- repartidas en veinte cazuelas, y acompañadas de 40 kg de jamón, otros tantos de chorizo y otros ingredientes estrella como pimiento verde, zanahoria, cebolla, ajo, puerro y tomate, fueron cocinadas en la calleja de La Cárcel. A las nueve de la mañana comenzaba su preparación y tres horas y media más tarde, los fuegos se apagaban para dejar reposar las pochas.
Mientras tanto, la calle Mayor estaba ya llena de mesas, muchas de ellas colocadas desde la noche anterior y que reservaban el sitio, por cuadrillas, a los más de 1.500 comensales. Vecinos, visitantes, invitados, peregrinos y autoridades disfrutaron juntos del exquisito guiso. Bajo un toldo negro y con servicio de catering, se distinguía a los invitados del Ayuntamiento. Entre ellos, el presidente del Parlamento, Alberto Catalán; los parlamentarios Prudencio Induráin y Carmen González de UPN, Román Felones y María Victoria Arraiza del PSN; alcaldes de la merindad, así como el de Pamplona, Enrique Maya, y representantes del Ateneno Navarro, del Circuito de Navarra, de Sprin, de la empresa Kybse, de la S.D. Itxako o del Área de Salud de la Zona de Estella, entre otros.
En total más de 100 invitados que se unieron al resto de asistentes del improvisado comedor en el que se convirtió la calle Mayor y en el que también, además de alubias, se degustaron guisos como caracoles, magras, bacalao o espaguetis, y entrantes como ensaladas o mariscos. Ésta fue sin duda la jornada más multitudinaria de las fiestas arqueñas y, tal y como comentó la edil Cristina García de Galdiano, supuso “un segundo cohete para seguir disfrutando y apurar lo que resta de fiestas al máximo”.
Título
La pochada en cifras
1.500 comensales.
20 cazuelas.
380 kg de pochas.
40 kg de jamón.
40 kg de chorizo.
35 kg de pimiento verde.
Zanahorias.
Puerros.
Ajos.
Cebollas.
Tomate frito.
