La plaza San Juan y el parque de Los Llanos, junto al chiringuito de La Hormiga, son los lugares elegidos para las diferentes muestras. El viernes 26, a las 19.00 horas, comienza el festival con una exhibición de ‘improvisación y contac’, a cargo del bailarín israelí Guy Alony, quien ha impartido un taller en la casa de la juventud los días previos. Bailarines profesionales y aficionados a la danza se unirán para disfrutar y trasmitir la inmediatez y la belleza de la danza en la calle. Los sonidos y la atmósfera corren a cargo del txalapartari Javier Olaizola.
También el viernes, a las 21.00 horas, en La Hormiga, se desarrollará la iniciativa ‘Un minuto de Gloria’. Como ya se hizo en la edición anterior, consiste en un encuentro para que cualquier persona, previamente apuntada, demuestre durante un minuto su destreza con cualquier disciplina artística. En rueda de prensa, Javier Murugarren, se refirió al éxito del encuentro del año pasado. “Fue una gran sorpresa cómo el pueblo se volcó con la iniciativa social”, apuntó.
El sábado 27, en horario de 18.00 a 20.00, se reserva para diferentes talleres en vivo y gratuitos. Varios artistas de Tierra Estella demostrarán diferente disciplinas, desde el movimiento hasta la música pasando por las artes plásticas, como capoeira, percusión reciclada, circo, pintura y elaboración de helicópteros de papel. De fondo, la música de DJ Nitro de los años sesenta, setenta y ochenta. A las 20.30 horas, le llegará el turno a las acrobacias aéreas con tela y un árbol como únicos soportes y la proyección del documental ‘Rivers and tides’, del escocés Andy Goldsworthy.
Artistas locales y foráneos
En rueda de prensa, el promotor del festival, Javier Murugarren, estuvo acompañado por la concejal de Igualdad, María Unzúe; el de Cultura, Félix Alfaro; la técnica de Igualdad, Tere Sáez, y representantes de la Asamblea de Mujeres. María Unzúe, destacó la importancia del festival como apoyo a la igualdad de géneros. “El festival se dedica al recuerdo de María Puy Pérez. Además sirve de apoyo a los artistas locales y da a conocer a artistas de otros lugares. Es un placer y una obligación porque es un bien para Estella-Lizarra”, dijo.
Por su parte, Murugarren se refirió a la fuerza que año tras año cobra el festival. “Es el cuarto año, el festival se afianza y la respuesta social es muy positiva. El arte cura y aleja a las personas de las actitudes violentas”.
