Belenes de más de una visita

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El portal de Belén es el elemento central de todas las composiciones, aunque las grandes muestran también otras escenas, como la llegada de los Reyes, la Anunciación, y la vida cotidiana lavanderas, pastores y comerciantes 

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Dos belenes, los de mayores dimensiones, cubren el fondo izquierdo y derecho de la sala de exposiciones. Panorámicos, no escatiman en figuras que representan a los diferentes personajes de Belén. El color, la luz e incluso el sonido del agua trasladan al visitante al año cero cuando el niño Jesús nacía en el portal. 

El portal, con la Virgen María, San José y el Niño, además del buey y la mula, es el elemento central de casi todas las composiciones, aunque las grandes albergan también otras escenas, como la llegada de los Reyes, la Anunciación del Ángel, y, por supuesto, la vida cotidiana en Belén con las gallinas y los cerdos en los corrales, las ovejas en el campo, las lavanderas en el río y los comerciantes con sus hortalizas. 

Siete arquetas, en el centro de la sala, recogen escenas más concretas pero realizadas con el mismo mimo y gusto por el detalle. Entre otras, a través de un cristal que las protege, se puede ver el interior de una iglesia con el Ángel Gabriel; la carpintería de San José con todos y cada uno de los utensilios en miniatura, la huida y llegada a Egipto, varias escenas típicas de Belén con su portal, e incluso una arqueta única que traslada el ambiente de Belén al claustro de la iglesia de San Pedro de la Rúa en Estella. 

Varios autores

Otras cuatro composiciones decoran la sala de exposiciones contiguas con más belenes, de formato grande, realizados por varios socios del colectivo. La monitora y miembro de la asociación, María Puy Urdangarín, explica que varias son las personas que han intervenido en cada uno de los belenes de mayor envergadura. “En las arquetas pequeñas han participado tres o cuatro personas, pero en las composiciones grandes participan muchísimas manos. A quien se le da bien pintar, pinta figuras; quien es bueno en la talla se encarga de ello, también está quien sabe de luz y de montaje y, por supuesto, mucha gente que aporta las ideas”, explica. 

La Navidad dura tan sólo unos días y lo que se quiera alargar el ambiente navideño durante los días previos, pero la tarea de elaborar un belén se extienden durante semanas, e incluso meses. “Los miembros de la asociación ya nos reunimos en enero para pensar qué podemos hacer para el próximo año. En marzo comienzan los cursillos y poco a poco vamos preparando los belenes aunque es en septiembre cuando os ponemos más en serio”, añade María Puy Urdangarín. 

La exposición en la casa de cultura Fray Diego que invita a más de una visita, estará instalada hasta después de la Navidad, el 8 de enero. Hasta entonces niños y mayores tienen tiempo para disfrutar de los belenes.