La experiencia del Camino siempre ha interesado a la pareja. Roberto Fernández ha colaborado en ocasiones como hospitalero voluntario, mientras que Mariola Roa compartió durante su vida las vivencias de su padre, Antonio Roa, que en 1963 junto con otros dos estelleses –José María Jimeno Jurío y Jaime Eguaras Echávarri- recorrió en un carro tirado por una mula el Camino desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela. Esta aventura revitalizaba una tradición medieval que en aquellos años contaba con un seguimiento apenas anecdótico.
El Camino se ha ido fortaleciendo en las últimas décadas hasta convertirse en lo que es hoy, un fenómeno internacional que, independiente de las motivaciones de cada peregrino, mantiene los valores de antaño. “Roberto y yo buscábamos un nexo en el camino para hacer una vida juntos y coincidimos en la idea de la acogida, en la experiencia del servicio al peregrino. Nos parecía una forma de agradecer todo lo que nos ha dado el Camino, como amistades y relaciones. Entonces, hace ya unos nueve años, comenzamos a mirar ubicaciones”, apunta Mariola Roa.
No fue hasta 2014 cuando la pareja adquiere en propiedad la casa palacio del siglo XVII que hoy alberga el establecimiento. Explican que ha sido año y medio de trabajo de rehabilitación intenso en el que se han volcado al cien por cien. La casa ofrece nada menos que 1.100 metros cuadrados de superficie y tiene bodega, planta baja, dos plantas y granero. El resultado ha merecido la pena, si bien la pareja se plantea al final de su primera temporada ejecutar una segunda fase de rehabilitación, que permita ofrecer al peregrino habitaciones con baño privado. “Para quien busque una manera más cómoda de realizar el Camino”.
Los hospitaleros destacan el atractivo de su ubicación en Mañeru como un punto próximo a Puente la Reina y caracterizado por vecinos muy activos. “Estamos de paso en una etapa natural, pero cada vez más gente hace sus propias etapas, buscando lugares más tranquilos, menos masificados. También estamos muy contentos porque aquí la gente es muy maja e incluso vienen al bar a tomar algo”, añade Mariola Roa.
El albergue ‘El Cantero’, en clara referencia a la profesión anterior de su propietario, ofrece alojamiento en habitaciones con literas y baños compartidos, desayuno tanto para los peregrinos como para el público general, comidas, cena para los alojados, servicio de cocina para uso propio, lavadoras y lugar de secado de ropa, guarda-bicicletas y wi-fi. El bar está abierto en horario de siete de la mañana a diez de la noche para todo el que lo desee. En cuanto a la apertura del albergue, sus propietarios explican que de momento estarán abiertos durante los meses fuertes del peregrinaje, desde Semana Santa hasta noviembre. “La verdad es que estamos con mucha ilusión. Con ganas. El acogimiento es algo sale del corazón”, añade la hospitalera.
Cultura gratis
NOMBRE. Albergue ‘El Cantero’.
DIRECCIÓN. Calle Esperanza, 2. Mañeru
CAMAS. 26 literas repartidas en tres habitaciones compartidas.
SERVICIOS. Alojamiento, desayuno tanto para los peregrinos como para el público general, comidas, cena para los alojados a las ocho de la tarde, servicio de cocina para uso propio, lavadoras y lugar de secado de ropa, guarda-bicicletas y wi-fi. El bar está abierto en horario de 7 a 22 horas para todo el que lo desee.
PRECIO. 11 euros persona y noche.
WEB. www.albergueelcantero.com