TIERRA ESTELLA GLOBAL – Diego Albizu Izurdiaga – Kenia – “La bioconstrucción entiende el edificio donde habitamos como la tercera piel del ser humano”

Después de siete años desempeñando el oficio en Barcelona, Albizu, de 33 años, ha llevado sus conocimientos a Chile y, en los últimos seis meses los ha puesto en práctica en Nairobi. Hasta la capital de Kenia viajó como cooperante a través de la ONG Viajes Tumaini para participar en el proyecto ‘Quest For Happiness’. La iniciativa ha consistido en la mejora de habitabilidad de los dormitorios de un orfanato-escuela primaria. De la experiencia ha aprendido mucho, tanto a nivel profesional como personal.

¿Cómo surge la idea de poner en práctica la bioconstrucción?
La idea empezó a crecer en mi interior a raíz de trabajar como soporte técnico durante siete años en una empresa de aislamiento de Barcelona. Un taller de construcción en tierra me dejó enamorado de este material, por sus propiedades, sus posibilidades, su sencillez y su abundancia.

¿Cómo ha llegado un licenciado en Telecomunicaciones a este campo tan diferente?
Buena pregunta. Supongo que después de trabajar tanto tiempo en la misma empresa desconectas de lo demás. La ingeniería me ayuda a asimilar conceptos técnicos y físicos mucho más rápido, pero ahora mismo el camino en el que creo es el de la ­bioconstrucción, principalmente porque me apasiona y porque es un trabajo por el bien común de las personas y del medio ambiente.

¿Cómo te has formado?
Después de trabajar en el sector del aislamiento, realizando cálculos, proyectos demostrativos y temas de normalización, decidí hacer el Master de Bioconstrucción en el Instituto Español de Baubiologie y la Universidad de Lleida y he asistido a numerosos talleres, cursos, obras participativas y escuelas taller.

¿Qué ventajas tiene la bioconstrucción, en concreto para los países en vías de ­de­sarrollo?
La bioconstrucción entiende el edificio donde habitamos como la tercera piel del ser humano; desde un punto de vista holístico, la relación que se da entre el ser humano y el medio donde viven. Se utilizan materiales naturales no tóxicos, como tierra, madera, piedra, cal, aislamientos de fibras naturales, etc. Se aboga por el uso de materiales locales, el aprovechamiento de la energía solar -bioclimatismo, energía fotovoltaica-, el eficiente consumo de agua y crear el mínimo impacto durante todo el ciclo de vida del edificio sobre el medioambiente. Por estas razones, este sistema tiene muchas ventajas, tanto en los países del sur como en los del norte. Además, se emplea una tecnología barata, no precisa de gran maquinaria, crea un ambiente interior saludable y consume menos energía y agua.

¿En qué lugares has puesto en práctica estos conocimientos?
Después de realizar varios talleres y voluntariados de construcción en tierra con varias técnicas -adobe, quincha, superadobe-, trabajé en la construcción de un supermercado en San Pedro de Atacama-Chile construido en adobe, ladrillo de tierra cruda, y quincha, entramado de madera relleno de barro paja. También en San Pedro de Atacama trabajé en la restauración de la iglesia junto a la Fundación Altiplano. A la vuelta de Chile he estado colaborando con Okambuva en la zona de Valencia, con construcciones de balas de paja y terminaciones con tierra y cal.

¿Cómo ha sido tu experiencia en Kenia? ¿Qué buscabas?
La experiencia ha sido muy enriquecedora. Evidentemente, como la vida misma, tiene sus cosas bonitas, feas y regulares. Las razones para ir a Kenia fueron varias, la parte más egoísta es la de tener la oportunidad de vivir unos meses en un país como Kenia y hacer lo que más me gusta, construir en tierra, y en cuanto a la parte altruista, siempre me había planteado hacer cooperación en algún momento. Cuando tuve la oportunidad no dudé.

¿Qué has aprendido durante este tiempo en estos lugares?
Amo viajar, sobre todo conocer culturas diferentes y mezclarme con la gente local. Este viaje me ha permitido sumergirme en otra realidad, conocer a gente muy diferente. He aprendido mucho a través de ellos, el modo de ver y vivir la vida. Viajar es la mejor forma de abrir la mente, aprender de otras personas, mejorar tu lado más humano, ampliar tu círculo de confort. Te expones y, por lo tanto, creces.

¿Cómo se ve la vida cuando vuelves a Estella después de conocer otras realidades tan diferentes?
Estella es como una isla en la que todo más o menos sigue igual, pero aprecias un cambio drástico al volver a España: las infraestructuras, los problemas cotidianos, la seguridad. Las cosas se ven de una forma distinta. Los problemas de la gente aquí parecen menores a los que ves allí. Preocupaciones como si este año me podré comprar un nuevo coche o irme de vacaciones se vuelven un poco ridículas si las comparas con conseguir dinero para enterrar dignamente a un ser querido, pagar la educación de tus hijos o de los niños que no tienen a nadie o poder ir al hospital si estás enfermo. También es verdad que el ser humano se acostumbra rápido y la sensación de extrañeza se va disolviendo, aunque no del todo.

¿Cómo ves las oportunidades profesionales aquí en Navarra?
En general la situación no es nada fácil y con el estupendo marco legislativo de autónomos que tenemos, todavía más difícil. Por lo que he oído comentar parece que el sector de la construcción está mejorando, pero con mucha precariedad. Y como hagamos la misma jugada que antes se podría generar otra burbuja.

¿Dónde te ves en 10 años?
No me lo planteo. Sé lo que me gusta, o mejor dicho, lo que no me gusta. Espero poder seguir teniendo la suerte de hacer lo que me hace feliz, aquí o donde sea.