Tierra Estella Global: Irantzu Pinillos, Sudán del Sur

“Siempre he sentido inquietud por conocer otras culturas y
aportar mi granito de arena”

Desde que se marchó a estudiar fuera, Irantzu Pinillos Urra ha vivido en varios países. Asegura que desde pequeña, siempre, le han llamado la atención los nombres de lugares lejanos e imaginaba cómo serían sus gentes. Y lo ha podido comprobar. Estellica de 36 años, ha pasado largas temporadas en países de Europa y también en otros más distantes, como India o Nepal.
esde que se marchó a estudiar fuera, Irantzu Pinillos Urra ha vivido en varios países. Asegura que desde pequeña, siempre, le han llamado la atención los nombres de lugares lejanos e imaginaba cómo serían sus gentes. Y lo ha podido comprobar. Estellica de 36 años, ha pasado largas temporadas en países de Europa y también en otros más distantes, como India o Nepal.

Fue en este último donde comenzó a trabajar para la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Desde hace año y medio, Irantzu Pinillos desarrolla su labor de oficial de Derechos Humanos en Sudán del Sur, la nación más joven de la comunidad internacional. El país lograba su independencia el 9 de julio de 2011 después de sufrir en los últimos 60 años dos guerras civiles.

¿Cómo comenzó tu relación laboral con la ONU? ¿Pensaste alguna vez en esta posibilidad?
Comencé a trabajar con la ONU en Nepal en septiembre de 2007 como observadora electoral y oficial de asuntos civiles y sociales, aunque anteriormente había realizado unas prácticas en el Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Ginebra. Al acabar estas prácticas viajé a la India a colaborar con una organización no gubernamental que abogaba por el derecho a la tierra y a una vida digna de las clases más desfavorecidas de la sociedad india. Allí me surgió la oportunidad de Nepal y no dudé en aceptarlo.
Desde muy joven he sentido curiosidad e inquietud por viajar, por conocer otras culturas y por aportar mi granito de arena para contribuir a mejorar la vida de los más necesitados. Cuando era pequeña tenía un pequeño mapamundi y un globo mundi en mi habitación y, a menudo, pensaba en cómo serían aquellos países con nombres tan raros y sus gentes. Pienso que esa curiosidad, en parte, me impulsó a viajar a otros países y continentes.

¿Cómo es tu labor en Sudán del Sur?
Mi trabajo consiste en monitorear la situación de derechos humanos, en investigar posibles violaciones de derechos humanos y recogerlas en informes y documentos. Estos informes a veces se hacen públicos para dar a conocer lo que está sucediendo, denunciar y poner presión a las partes en el conflicto. Siempre que es posible, nos reunimos con los autores para explicarles los hallazgos de nuestras investigaciones y recordarles que han de cumplir con sus obligaciones legales a nivel nacional e internacional.
En países extremadamente frágiles como Sudan del Sur, que actualmente está inmerso en un duro conflicto armado, son las fuerzas de seguridad del país, sobre todo el ejército, y los grupos armados de la oposición los que han cometido y siguen cometiendo serias violaciones de derechos humanos contra la población civil: matanzas indiscriminadas, asesinatos extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones ilegales en condiciones inhumanas, torturas y violencia sexual contra las mujeres, incluyendo violaciones en grupo, que se utilizan como arma de guerra.

¿Tienes una receta propia para intentar convivir y trabajar, desde una mentalidad occidental, con estas realidades?
Humildad y empatía hacia todas estas realidades, a menudo muy distintas a la nuestra. Antes de juzgarlas es importante intentar entender el porqué y familiarizarse con el pasado de estos países y su historia. Dejar la arrogancia y el orgullo a un lado es fundamental y cualquier pensamiento de superioridad, de creer que yo o nosotros somos más y mejores. En mis experiencias tanto en Asia como en Africa me he dado cuenta de que europeos, africanos o asiáticos no somos tan diferentes y que en el fondo queremos ser y vivir felices y tener una vida digna. Esto no quiere decir que esté de acuerdo con muchos aspectos, sobre todo culturales, como el trato hacia la mujer.

“Mi trabajo es apasionante y muy duro al mismo tiempo”

¿Qué es lo que más te llama la atención del país?
Sudan del Sur es un país muy extremo en muchos sentidos. A nivel climático, por ejemplo, las temperaturas máximas a menudo sobrepasan los 40ºC. No tienen ni inviernos ni otoños, y sus primaveras, época de mucha lluvia, vienen a ser como nuestros veranos. A nivel social Sudan del Sur está compuesto de sesenta y cinco etnias o tribus diferentes que a menudo hablan también lenguas completamente diferentes, lo que da lugar a muchas fricciones. Asimismo, tantos años de guerra y sufrimiento han contribuido a unos niveles de trauma muy altos en la población. Y es la capacidad de resistencia ante tanta adversidad, la capacidad de lucha, sobre todo la de las mujeres, lo que me llama muchísimo la atención. Hay un gran potencial para que el país prospere y se desarrolle, pero como sucede a menudo, y no solamente en Africa, las luchas por el poder, las ansias de riqueza personal de los políticos, la corrupción y el nepotismo y, evidentemente, el actual conflicto armado están llevando al país hacia el abismo.

¿Percibes la inseguridad de alguna manera? ¿Es necesario tomar medidas especiales?
La situación económica es muy mala, por lo que aumenta la inseguridad y conviene andar con cuidado. La ONU tiene protocolos de seguridad muy estrictos que debemos cumplir. Por ejemplo, actualmente tenemos toque de queda a las 9 de la noche, por lo que tenemos que estar de vuelta en uno de los complejos de la ONU donde yo vivo antes de esa hora. Cuando viajamos fuera de la capital para llevar a cabo nuestro trabajo, debemos ir como mínimo en dos vehículos con un mínimo de dos personas en cada uno e informar al centro de seguridad y operaciones de forma regular de nuestra localización exacta.

Los titulares sobre la realidad del país abruman: guerra civil, hambre, niños soldados, desplazados internos, SIDA, violencia, ¿qué está pendiente por hacer y a quién le corresponde?
Todo está pendiente por hacer. Sin embargo, me gustaría aclarar que el actual conflicto no ha afectado por igual a todas las partes del país. Está concentrado principalmente en tres zonas del país, en los estados de Unity, Upper Nile y Jonglei. Es aquí donde centran su atención las organizaciones humanitarias y de derechos humanos. El año pasado la ONU, Cruz Roja y ONG´s consiguieron evitar la hambruna, pero este año la situación es todavía más complicada ya que el año pasado no hubo temporada de plantación, por lo que este año no habrá cosecha. En dos meses empezará la temporada de lluvias que dejará muchas partes del país inaccesibles. Ahora mismo, las organizaciones internacionales están trabajando a contrarreloj para hacer llegar alimentos a las zonas más afectadas por el conflicto armado.
Si los acuerdos de paz prosperan, entonces la ayuda internacional no solo se concentrará en salvar vidas, sino también en la reconstrucción del país, pero esto llevará muchos años y dependerá de si hay estabilidad política. Es el gobierno el principal responsable de sacar el país adelante, pero en la actualidad todos los esfuerzos se destinan a la compra de armamento para ganar la guerra. Los ingresos del petróleo constituyen más del 98% del presupuesto del gobierno; sin embargo, han ido a parar a los bolsillos de políticos y altos cargos militares.

“Hay muchas experiencias en la vida que solo las puedes vivir cuando sales de tu entorno”

¿Cómo se viven los orígenes, Estella, desde la distancia? ¿Qué echas de menos?
Mis orígenes forman parte de mi identidad, por lo que viajan conmigo allá donde voy. Los 18 años que viví en Estella, mis años en la ikastola y en el instituto, tantas y tantas experiencias que contribuyeron a formar a esa niña muy inquieta que fui, están ahí siempre. Evidentemente, echo de menos a mi familia, a mis padres y a mi hermana, y a grandes amigos y amigas que tengo tanto de la infancia como de más adelante. Echo de menos la comida, los deliciosos platos que prepara mi madre, y ahora también mi padre; y perderme en la naturaleza tan increíble que tenemos, en Urbasa-Andia o en otros muchos rincones cercanos.

Desde que dejaste Estella has vivido en lugares diferentes. Este modo de vida, ¿engancha?
Más que el modo de vida, a mí lo que me engancha es mi trabajo; apasionante y muy duro al mismo tiempo. Mi actual modo de vida no es fácil y, aunque tiene aspectos muy interesantes y enriquecedores de aprendizaje continuo tanto a nivel profesional como personal, yo paso prácticamente todo el año fuera de Estella en una especie de vida semi-nomada y he renunciado a muchas cosas. Hoy en día estoy acostumbrada a este tipo de vida, y me gusta, pero al mismo tiempo soy consciente de sus limitaciones, dificultades y retos.

¿Animarías a la gente a probar suerte e irse fuera?
Sin duda alguna, al menos por un tiempo. Hay muchas experiencias en la vida que solo las puedes vivir cuando sales de tu entorno, sobre todo a lugares que poco o nada tienen que ver con tus orígenes. Se aprende muchísimo sobre la vida y el ser humano. Cada uno tenemos nuestra propia personalidad y cada uno tiene que buscar su propia felicidad y su camino en la vida. •

Título

DNI

Nombre y apellidos. Irantzu Pinillos Urra.

Edad. 36 años. Estella.

Formación. Diplomada en Secretariado de Dirección. Licenciada en Traducción e Interpretación. Posgrado en Relaciones Internacionales. Posgrado en Estudios de Paz, Conflictos y Desarrollo. Master en Derechos Humanos y Democratización.

Profesión. Oficial de Derechos Humanos.

Empresa y funciones. Misión de la ONU en Sudán del Sur.

Idiomas. Castellano, euskera, catalán, inglés y nepalí con fluidez, y se defiende con el francés.

Años fuera de Estella. Se fue de Estella cuando tenía 18 años para comenzar sus estudios universitarios. Desde entonces ha vivido dos años y medio en San Sebastián, seis meses en Edimburgo (Escocia), tres años en Barcelona, seis meses en Aarhus (Dinamarca) y un año y medio en Copenhague (Dinamarca), seis meses en Venecia (Italia), seis meses en Ginebra (Suiza), tres meses en Nueva Delhi (India), cinco años en varios lugares de Nepal y lleva un año y medio en Juba ­(Sudán del Sur).

Fecha de llegada a destino actual. Septiembre de 2013.

¿Fecha de vuelta? A Estella intenta venir una o dos veces al año. Por el momento, desconoce su próximo destino.

Los lugares favoritos de Irantzu

1. Los paisajes hermosos de la zona de Yei, al sur de la capital.

2. Paisajes de selvas, bosques y colinas, a pesar de que Sudán el Sur apenas tiene monte.

3. Campamentos de desplazados internos. “Uno de mis lugares favoritos, aunque parezca contradictorio. Siempre que los visito me acogen con los brazos abiertos. Los niños vienen a saludarte, a darte la mano y a preguntarte en inglés cómo estás. Desbordan simpatía y alegría a pesar de las condiciones en las que viven. Una vez un niño de unos tres años se me acercó, se sentó a mi lado y empezó a acariciarme el brazo sorprendido por el color tan blanco de mi piel en comparación con la suya”.

Lo mejor y lo peor

Lo mejor

“La parte humana de mi trabajo que me permite tener un contacto muy cercano con la gente afectada por el conflicto.

Haber conocido a grandes personas y que prácticamente todos los días del año son soleados. Los cielos estrellados y las noches de luna llena son muy bonitos”.

Lo peor

“Darte cuenta que es muy difícil lograr cambios positivos significativos cuando no hay voluntad política para acabar con el conflicto, y por supuesto, el no tener a mi familia conmigo o al menos más cerca para poder visitarlos más a menudo.

La impotencia de ver tanta injusticia, tanto sufrimiento y, en muchos, casos no poder hacer nada”.

 

Radiografía de Sudán del Sur

Capital. Yuba.

Población total. 10’33 millones de habitantes (2013).

Forma de gobierno. República presidencialista.

Presidente. Salva Kiir Mayardit.

Autonomía de Sudán. 9 de julio de 2005.

Independencia reconocida. 9 de julio de 2011.

Idiomas oficiales. Inglés. Todas las lenguas indígenas de Sudán del Sur son lenguas nacionales.

PIB (nominal). Puesto 153º. Total en 2012, 12.200 millones de dólares.

Moneda. Libra sursudanesa (SSP).

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