Con un tiempo de ejecución de 180 días laborables, se espera que las casas estén terminadas en septiembre. Por ello, la residencia abre ya un plazo de inscripción para las personas interesadas en optar a una de ellas. Las solicitudes se pueden presentar desde el 15 de enero hasta el 31 de marzo y con ellas se confeccionará una lista. La adjudicación se realizará después en base a un baremo de puntuación que ha establecido la residencia teniendo en cuenta los criterios de soledad, procedencia y situación económica.
El director de la residencia, David Cabrero, explicaba en una rueda de prensa que ofreció junto con el equipo técnico que realiza el proyecto, que la promoción está despertando la curiosidad de muchos vecinos que se acercan a solicitar información. “Demanda creemos que va a haber por parte de una generación que tiene otras necesidades, como sus espacios y su independencia”, apuntó.
El proyecto de viviendas adosadas, denominadas industrializadas o modulares, lo realiza la empresa Aldocain, con un diseño del arquitecto Javier Pérez Heras. Una de las características de las viviendas es que el 90% de la construcción no se realiza sobre el terreno, lo que aporta comodidad para el día a día de la residencia, que evita las molestias de las obras, y permite acortar los plazos de ejecución.
Las viviendas, de bajo consumo, tendrán una superficie construida de 76,47 m, con un amplio salón-comedor-cocina, un dormitorio con dos camas, un baño, un distribuidor, un porche, plaza de aparcamiento y un pequeño jardín privado o huerta.
El director de la residencia explicó que la idea surge motivada por la necesidad de ampliar el número de plazas de la residencia y de las demandas de las nuevas generaciones. El patronato decidió emprender el proyecto después de que la dirección y personal de la residencia conocieran de primera mano experiencias similares en otros países de Europa, como Suecia o Alemania. “Las casas están pensadas en principio para matrimonios, hermanos o amigos. Tiene un precio de 1.000 euros por persona con los servicios básicos. Son precios similares a los de la residencia, sólo que con menos servicios asistenciales”, explicó.
El precio base incluye la estancia, la limpieza y un seguimiento sanitario por parte de una enfermera. Se pueden solicitar también otros servicios complementarios, como el de comidas, lavandería, actividades de ocio o fisioterapia. “las viviendas también podrán tener un uso individual, pero entonces el precio variará”, añadió Cabrero.
El denominado proyecto de ‘viviendas con apoyos’ supone para el patronato de la residencia de San Jerónimo una inversión de 1’08 millones de euros en un enclave privilegiado en el centro de Estella.
62 PLAZAS
La residencia San Jerónimo ha visto incrementado el número de plazas en seis más, de 56 a 62, tras una reciente aprobación de Gobierno de Navarra. El pasado año, San Jerónimo afrontaba obras de ampliación para habilitar cuatro nuevas habitaciones en el ala del convento donde antes se alojaban las religiosas.
Cabe recordar que, del total de las plazas, quince son concertadas, si bien, el concierto con la administración pública, ya vencido, está actualmente pendiente de renovación. Asimismo, la residencia tiene una lista de espera de 335 personas. Los solicitantes tardan hoy por hoy una media de ocho años en recibir plaza. Por otro lado, San Jerónimo ofrece también 30 plazas de día para usuarios que no duermen en el asilo.
