A pie de embalse, la Escuela es también agente activo y preocupado por las necesidades del embalse de Alloz y cómplice del desarrollo turístico de los valles que baña. La directora de la Escuela Navarra de Vela, Susana González Díez, repasa la actualidad de la Escuela y las necesidades de uno de recursos naturales más importantes de la zona.
¿Cuál es la actividad de la Escuela Navarra de Vela?
La Escuela Navarra de Vela organiza cursos durante la primavera y el verano y ayuda a la Federación en la organización de eventos, como las regatas o el Día de la Vela, además de organizar la campaña escolar. Todo ello con el objetivo de promover el deporte de la vela y el windsurf en Navarra.
¿La escuela está abierta a todos los públicos?, ¿qué ofrece al público en general?
Sobre todo opciones lúdicas. La posibilidad de alquilar piraguas, hidro-pedales o practicar el paddle-sup, de realizar un paseo en barco o el bautismo de navegación y de windsurf. Es adonde nos ha llevado la repercusión turística que queremos dar al valle, una inquietud que nació ante la necesidad de impulsar la zona en colaboración con los ayuntamientos y la Asociación Tierras de Iranzu.
¿Qué aporta a Tierra Estella y al embalse la presencia de la Escuela Navarra de Vela?
Sin la “decoración” que tiene hoy, el embalse no sería lo mismo. Por nuestra parte decir que la vela es un deporte inocuo, que no contamina ni afecta al entorno. Añadimos a las actividades tradicionales del valle la actividad deportiva y turística, una actividad propia de lugares de mar y que sorprende en interior, pero hay que decir que el embalse de Alloz es un sitio muy manejable para la práctica de la vela y con vientos.
¿Qué condiciones presenta el embalse para la navegación?
Tiene un alto porcentaje de días de viento, entre un 70% y 75%. Además, los vientos son moderados, lo que permite el aprendizaje en un entorno muy controlado y en plena naturaleza.
¿Qué interés despierta la vela en Navarra?
En Navarra hay mucha gente que tiene interés en la vela y que incluso tiene su barco en Hendaya y Hondarribia. Muchos navarros navegan, aunque no están censados, y la Escuela de Vela con su trabajo pone la semilla y acerca este mundillo. Hay quien viene aquí después de cursar grandes titulaciones porque para aprender de verdad hay que recurrir a la vela ligera, en contraposición a la vela de crucero. La vela ligera completa la teoría aprendida en otros cursos y su manejo es fundamental para luego navegar en un barco más grande. También quería decir que la vela suele ir ligada a lo elitista, pero en realidad puede ser un deporte para todos.
¿Cómo ha evolucionado el embalse desde que llegó la Escuela hasta la actualidad?
Ha evolucionado a nivel de infraestructuras y ha sido fundamental la existencia del camping Aritzaleku. Gracias a su capacidad se abrieron las puertas para la Escuela de Vela y la Federación. Cuando llegamos en 1998, la orilla del embalse, donde ahora está el embarcadero, era una orilla de piedras y barro. En 2006, con el apoyo de las instituciones, se construyeron 3.500 m2 de playa de hormigón. También hemos sido testigo de la ordenación que ha sufrido la zona, la construcción del aparcamiento para que no se llegara con el coche hasta la orilla y cómo todo ello ha repercutido en la limpieza. Ahora el embalse es atractivo para la navegación y para otras disciplinas deportivas como el nado o el triatlón. El objetivo siempre ha sido el equilibrio entre el mantenimiento del entorno y el turismo. De hecho, el turismo es una buena baza complementaria del cereal.
¿Cómo está el embalse en cuanto a capacidad y calidad del agua?
Ahora el nivel está al 74%, aceptable, aunque en esta época del año debería ser algo superior. Este es un tema que lo tratamos con la Confederación Hidrográfica del Ebro. Les solicitamos que en primavera, si llueve, sería bueno tenerlo en un 80% o 85%. También pedimos que a finales de temporada se mantenga con un mínimo del 55% para terminar el verano con dignidad. No podemos vender el turismo en la zona con un 32% de capacidad, como ocurre, con orillas horribles y una lámina de agua que impide las actividades. En función de un buen nivel podríamos ampliar la campaña escolar de vela y mantener la oferta de actividades dos meses más con lo que ello conlleva para el aumento de trabajo de los monitores y para la economía de la zona, camping, restaurantes y casas rurales.
¿Otras necesidades que detectáis? ¿Qué queda por hacer?
Uno de nuestros retos es conseguir la bandera azul para el embalse, pero eso requiere de recursos económicos porque uno de los requisitos es la contratación de socorristas. Este es el siguiente paso, conseguir el sello de playas de interior. Por otro lado, también sería importante poder circundar el embalse con un camino que permita la práctica de la bicicleta y el paseo, teniendo en cuenta que al embalse se acercan muchas familias. Sería un atractivo mayor para que la gente viniera al embalse.
¿Es el embalse de Alloz un referente turístico en Navarra?
Yo creo que sí. La oferta está muy bien empaquetada y el embalse es una referencia porque aquí se pueden hacer cosas que no se hacen en cualquier sitio de interior. •
