PRIMER PLANO – Pablo Salvatierra – Nuevo jefe de la Policía Municipal – “La nueva Ordenanza recupera el espíritu de la zona azul, la rotación verdadera”

PRIMER PLANO – Pablo Salvatierra – Nuevo jefe de la  Policía Municipal – “La nueva Ordenanza recupera el espíritu de la zona azul, la rotación verdadera”

El actual responsable de la comisaría de Estella tomó posesión del cargo el 1 de octubre, tras la jubilación de su antecesor, Miguel Ángel Remírez

Pablo Salvatierra Beorlegui, de 52 años, asume desde el 1 de octubre la jefatura de la Policía Municipal de Estella, tras la jubilación de Miguel Ángel Remírez. El pamplonés, con veinte años de experiencia policial, formó parte del cuerpo de Alguaciles que se creó en Cizur Mayor en 1996 y que en 2001 se convirtió en Policía Municipal. El cabo llegaba a Estella con ilusión y muchas ganas de hacer equipo y trabajar. Mes y medio después, analiza la principal problemática de Estella, el tráfico, y apunta hacia la necesidad de un cambio de costumbres para mejorar la movilidad en el centro del municipio.

Ya ha pasado un mes de tu llegada a la comisaría, ¿qué balance realizas?
Lo que más me está gustado es la calidad profesional de los compañeros, tanto de los policías como del Ayuntamiento en todas las áreas. Me están ayudando un montón, me lo están haciendo fácil y no tengo más que palabras de agradecimiento.

¿Cómo es la rutina en Estella?
Intensísima. El ritmo de trabajo en Estella es brutal. No se para. Si quieres hacer algo siempre estás dejando de hacer otras cosas, a veces no se pueden acabar las tareas. En ocasiones el ritmo de trabajo sobrepasa a los medios actuales.

¿Cómo discurre el día a día?
A primera hora de la mañana afronto las cosas pendientes del día anterior, priorizando ya que todo no se puede hacer a la vez. Los lunes son más duros, porque durante el sábado y el domingo la actividad no para y cuando vengo siempre hay cosas nuevas, informes pendientes, expedientes para tramitar… Me sorprende que viene mucha gente por aquí, somos un Ayuntamiento de puertas abiertas e intento atender a todos los ciudadanos.

¿Se prevén cambios en la comisaría?
Yo no he llegado a un sitio nuevo, me he montado en el vagón de un tren ya en marcha. Soy yo quien se tiene que amoldar al equipo, más que el equipo a mí. Que haya que cambiar alguna cosa, pues igual sí, pero hablamos de detalles.

¿Te has marcado algún objetivo para este tiempo?
Mi objetivo es un reto personal y profesional muy ilusionante e importante porque Estella es una ciudad bastante potente, con un montón de servicios, tales como el hospital y los juzgados y es un embudo que atrae a buena parte de la Merindad. La Policía tiene mucho trabajo. Yo soy cargo de libre designación política y mi puesto termina cuando expira el mandato de la autoridad política que me nombró. El objetivo es llegar a junio, cuando se compondrá un nuevo Ayuntamiento.

¿Cuáles son las prioridades de la policía municipal de Estella?
La primera es el bienestar de las personas, su seguridad. También toca poner un contenedor de obras en una calle, ir a controlar el mercadillo, hacer labores administrativas, pero dejaremos todo si se está produciendo una agresión, un accidente, un incendio o una inundación. Una prioridad, al hilo de la seguridad de las personas, es la regulación de tráfico en los colegios, es importantísimo para nosotros.

A ojos de alguien que viene de fuera, ¿cómo defines la situación del tráfico en la ciudad?
Densa, caótica. Hay muchos problemas de tráfico y hay que hacer algo. Las ciudades no son de goma, cada vez vivimos en ellas más personas, el parque de automóviles aumenta y la prioridad de cada ciudadano es él mismo.
Todos los conductores hacemos de la ciudad un caos y todos debemos colaborar para que lo sea menos. Las ciudades están muy saturadas y se hace necesaria alguna medida por parte de las Administraciones. El casco urbano de Estella y el antiguo son lo que son. Hace 15 o 20 años, la gente que venía al mercadillo aparcaba sin problemas. Hoy es distinto, pero se va a intentar una solución, con la nueva ordenanza. Con ella se recupera el espíritu de la zona azul, el de una rotación verdadera.

¿Sorprenden los atascos que se crean en Estella, propios de entrada a grandes ciudades, pongamos el ejemplo en Cizur, para acceder a Pamplona?
El problema de Cizur es el contrario. El problema allí es la gente que se va, pero es una cuestión puntual, de tiempo, porque el semáforo se pone en verde. Sin embargo, en Estella el problema es la entrada de coches, y ese problema nos lo quedamos. Estella es la parte estrecha del embudo.
Hay que plantear un cambio de costumbres en cuanto a la movilidad. Yo vivo en Pamplona, no se me ocurrirá nunca coger el coche para ir a comprar un libro al casco viejo, a no ser que lo meta en un aparcamiento. En Estella está el parking de la Coronación para quienes llegan de fuera, y se puede aparcar en él para ir a la plaza de los Fueros.

La nueva Ordenanza de acceso al centro comercial e histórico estaba ya muy avanzada cuando llegaste, ¿es una solución?
¿A qué ciudadano no le molesta estar buscando sitio para aparcar, dando vueltas y vueltas mientras que otros coches están aparcados todo el día en el mismo sitio? La gente se empieza a quejar, e incluso avisa cuando un coche lleva aparcado más de una semana en el mismo lugar. Andar es muy bueno y hay que cambiar las costumbres. A la administración no se le puede exigir que solucione todos los problemas, los administrados tenemos que colaborar, y hay que cambiar el chip. A no ser que estiremos Estella y la hagamos más grande.

¿Qué papel va a jugar Policía Municipal en la aplicación de la Ordenanza?
El que establece la propia Ordenanza, en la autorización de matrículas blancas y autorizaciones en casos de obras, a personas de problemas de movilidad… Básicamente, gestionar autorizaciones.

¿Será necesario un control de las cámaras? ¿Y las sanciones?
No puedo contestar todavía. Las sanciones se aplicarán desde el Ayuntamiento y se instruirán desde Policía Municipal. Sobre las cámaras, mientras que no veamos con qué equipos tecnológicos contamos y se estudien los recursos necesarios, no sabremos. Hay que verlo.

Respecto a críticas recibidas, ¿hay que incidir más en el trato al ciudadano?
Lo digo todos los días: empatía. Cuando hablamos con alguien, pensemos que es nuestra hermana o nuestra madre. Que cuando pongamos una denuncia, y lo repito hasta la saciedad, que se hable de la multa pero no del agente, que tiene que ofrecer un trato exquisito. Siempre comparo este uniforme con el de un médico. Un médico me puede aconsejar no fumar, pero nunca me gritará por fumar. Hay que eliminar totalmente la beligerancia con los ciudadanos porque, como funcionarios, damos un servicio.

¿Satisfecho con el reto que has aceptado?
Por supuesto. Me va a venir muy bien profesionalmente. Estoy aquí

LECTOR EMPEDERNIDO

La lectura llena parte del tiempo libre de Pablo Beorlegui. Se considera un apasionado de los libros, sobre todo de El Quijote, al que califica como su religión y del que no se le escapan detalles ni citas que aplica a su vida y a su trabajo. La novela negra, dice, también le define y entre sus autores favoritos se encuentran Juan Madrid, Jordi Sierra i Fabra, Francisco González Ledesma y Andreu Martín.

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