“Los voluntarios recibimos más que lo que damos”

“Los voluntarios recibimos más que lo que damos”

Diecisiete personas integran el equipo de voluntarios del García Orcoyen. Su misión es prestar acompañamiento dentro del complejo hospitalario al enfermo que lo necesite

El grupo de voluntariado del hospital de Estella comenzó su andadura hace dos años y medio. En la actualidad lo integran trece voluntarios junto con seis personas del equipo de coordinación. Su misión consiste en ofrecer un servicio gratuito de acompañamiento a las personas ingresadas que lo soliciten o a quienes acudan a consultas externas. Poco a poco y gracias a las diferentes actividades que el colectivo realiza durante el año, se va integrando en la vida del hospital. A lo largo de 2010 realizaron 1.159 servicios a 264 pacientes y, en 2011, fueron 1.752 las atenciones a 306 enfermos.

“No tocamos puerta por puerta, respetamos la intimidad del enfermo. Solo acudimos cuando se nos solicita”

Su coordinadora, Maribel Sanz García, puericultora de profesión y con experiencia previa en el servicio de voluntariado del hospital San Juan de Dios de Pamplona, asegura que el grupo de voluntarios de Estella trabaja con criterios de respeto, confidencialidad y conscientes del derecho del paciente a su intimidad. El viernes 11 de mayo, el servicio celebraba el Día del Enfermo. 

¿Sorprende hoy en día que la gente dedique su tiempo a los demás?

Sí, sorprende que te dediques de forma altruista, sin cobrar dinero. De hecho hay quien ha intentado pagarnos alguna vez y quien pregunta si somos religiosas. Es cierto que el voluntariado no es lo más habitual en la sociedad que vivimos pero cada vez la gente es más consciente del valor de esta acción. Queremos transmitir el valor de la solidaridad y la justicia social. Cada vez hay más personas con necesidades, muchos ancianos que están solos y que son nuestra prioridad. 

¿Por qué lo hacen? ¿Cuáles son las razones personales?

Cada persona tiene su motivación personal. Unos lo hacen por solidaridad, otros por sentirse útiles, otros, como digo, por buscar mayor justicia social; pero todos coincidimos en la importancia de darnos a los demás. Lo hacemos por amor y porque es una forma de sacar lo que hay dentro de nosotros. Estamos de acuerdo en dedicar parte de nuestro tiempo libre a quien lo necesita, y lo hacemos en equipo. Los voluntarios del hospital somos una piña y recibimos más de lo que damos. 

Después de más de dos años de servicio, ¿se fortalece su papel dentro del hospital?

Con claridad, desde el punto de vista del paciente, de la familia y del personal sanitario. Todos nos transmiten que nuestra labor se nota. Nosotros nos adaptamos al paciente, aportamos lo que necesita. Cuando tiene una estancia larga se nota más nuestra labor  diaria. Intentamos ser un refuerzo emocional, una distracción, y está demostrado que ayuda a su recuperación y a su calidad de vida. También somos un apoyo a la familia y facilitamos la labor del personal sanitario haciendo que el paciente se encuentre entretenido y no esté todo el tiempo llamando a las enfermeras. 

¿Está el servicio lo suficientemente popularizado?

Creemos que no lo está al cien por cien. Estamos a disposición de quien nos necesite y funcionamos a través del servicio de enfermería. No vamos tocando puerta por puerta sino que respetamos la intimidad del enfermo, solo acudimos cuando se nos solicita y no sustituimos al personal que quiere trabajar acompañando durante las noches, porque nuestro horario es limitado de mañana y de tarde. 

¿Qué ofrece el grupo de voluntarios al paciente?

Intentamos que se sienta arropado, acompañado, comprendido, entretenido, en vez de solo. Por supuesto, también respetamos cuando desea estar solo. En ese caso, nos despedimos y, si cambia de opinión y nos necesita, nosotros volvemos. También queremos ser una ayuda al cuidador o a las familias. A veces es el cuidador, también mayor, el que más nos necesita. Podemos ser comodín mientras descansa un rato o va a casa a cambiarse. 

¿Cuáles son los criterios, las reglas de funcionamiento del colectivo, durante la atención a los enfermos?

El grupo tiene muy claro que la principal norma de trabajo es la confidencialidad, el derecho a la intimidad del paciente. Por eso somos muy respetuosos, discretos y defendemos la sencillez, el compromiso de la constancia y la capacidad de trabajar en equipo. Sabemos en todo momento que estamos prestando un servicio. 

¿Precisa el grupo de más colaboración? ¿Cualquier persona puede ser voluntaria?

Alguna persona más nos vendría mal, para tener más apoyo dentro de la asociación, sobre todo en temporadas de mayor número de ingresos en el hospital, ya que no siempre estamos todos disponibles. La persona que quiera ser voluntaria tiene que pasar previamente una entrevista. Ha de ser una persona equilibrada y madura en su conducta y estar dispuesta a recibir una formación. Los voluntarios somos personas normales y corrientes pero todos tenemos un espíritu positivo.

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Música coral y conferencia en el Día del Enfermo

La actividad del grupo de voluntarios tiene dos citas al año que traspasan las fronteras del hospital. En 11 mayo celebraban el Día del Enfermo con una visita a los enfermos, una eucaristía y una actuación de la coral Ereintza en el hospital. Por la tarde, el psicólogo clínico-oncológico de la clínica San Juan de Dios, Juan Pedro Arbizu, ofrecía una conferencia en el salón de actos de la Mancomunidad. Otra fecha señalada en el calendario para el grupo es el Día del Voluntariado en noviembre. Las actividades de formación son una constante en la labor del colectivo. 

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