Las esquelas, una tradición muy de Estella

Las esquelas, una tradición muy de Estella

En pocos otros lugares se anuncian las defunciones en las calles con tanta profusión como en la ciudad del Ega. El municipio conserva esta peculiaridad social antigua y exhibe los avisos en 60 puntos repartidos por los diferentes barrios

La esquela es el aviso impreso del fallecimiento de una persona, donde se indica la fecha, el lugar y la hora del sepelio, así como la enumeración de familiares que comunican la noticia. Se puede publicar en prensa, y también colocar en las calles. Este segundo sistema es una seña de identidad de Estella, donde la tradición está sumamente arraigada. La clave reside en el tamaño de la ciudad: ni muy grande, donde la gente no se conoce, ni demasiado pequeña como para que el boca a boca sea suficiente.

“La clave del éxito reside en el tamaño medio de la ciudad del Ega: ni muy grande ni muy pequeña, donde la gente más o menos se conoce “

La función del aviso funerario es meramente informativa. En Estella se cumple a la perfección. Son nada menos que 60 los puntos donde se exhiben las esquelas, en las calles de todos y cada uno de los barrios. De hecho, quince vitrinas fueron especialmente preparadas y colocadas por los alumnos de la Escuela Taller hace ya unos años, a las que se suman otros cuarenta lugares públicos, fachadas, puertas y muros, que completan la extensa red de colocación de las esquelas en la ciudad del Ega. 

La gestión del proceso comienza, en la práctica totalidad de los casos, en el tanatorio. Ante un fallecimiento, es este establecimiento el que realiza los trámites necesarios y facilita los diferentes servicios vinculados con el sepelio. Javier Napal, del Tanatorio San Agustín, destaca la importancia de las esquelas en Estella y explica que la tradición de muchos años permanece hoy en día de plena Actualidad. 

“El arraigo en Estella es muy grande. Es raro el caso de una familia que no quiere una esquela. Diría que el 99% de las familias lo solicitan; también las que son de otras localidades próximas, como Ayegui o Villatuerta, piden que se pongan esquelas en Estella. Sigue siendo la forma más eficaz de avisar de manera urgente el fallecimiento de una persona”, apunta. 

Las parroquias, de fondo

En el mismo momento en que la familia se pone en contacto con la funeraria, ésta lo tramita con la imprenta. En Estella es Imprenta Garbayo -con una historia de 99 años y siempre vinculada con la realización de esquelas funerarias- la empresa encargada de la práctica totalidad de los encargos. Sus plantillas, con un fondo de las diferentes parroquias, contribuyen ya a la estética de las vías y espacios públicos de la ciudad del Ega. 

A la tradición de editar esquelas se refiere uno de los propietarios, Vicente Garbayo. “Lo hemos hecho de generación en generación y es una tradición propia de algunas  ciudades del tamaño de Estella, ni más grandes ni más pequeñas, donde las esquelas cumplen una función social muy importante. La peculiaridad en Estella es que se colocan en muchísimos puntos y parece mentira la respuesta que tienen. Todo el mundo las lee y, aunque no conozcas al difunto, es fácil situarlo gracias a los nombres de los familiares”, cuenta. 

Reparto por las calles 

Inmediatamente después del encargo, las esquelas se preparan, se imprimen y se colocan en un servicio que se ofrece siete días a la semana. Un repartidor se encarga de la parte final del proceso dos días antes de la celebración del funeral. Después se retiran conforme pierden Actualidad y para colocar otras nuevas. 

Una esquela tipo contiene como elementos el nombre del difunto -en ocasiones su apodo o el nombre de su cónyuge en caso de viudedad-, la fecha del fallecimiento, datos del entierro y la lista de familiares que comunican y recuerdan al difunto. En ocasiones acompaña alguna simbología u oración y también hay quien desea colocar la foto, una opción, asegura el impresor, cada vez más demandada. 

La costumbre de la esquela también se practica en otros lugares de la zona norte, poblaciones de tamaño medio de Guipúzcoa o Vizcaya. En Navarra, Lodosa y Mendavia avisan con esquela, pero sin la repercusión de la ciudad del Ega. Con sus diferencias y sin una cobertura tan amplia, las esquelas también se pueden ver en espacios públicos de poblaciones europeas de Francia, Italia, Grecia o Polonia. 

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Avisos fúnebres en Europa. 

La costumbre típica en Estella tiene también presencia, con diferencias, en otros lugares de Europa. Esta foto fue tomada en una calle de Corfú en Grecia, una localidad de unos 28.000 habitantes. En Polonia, es habitual ver esquelas a la puerta de las iglesias y en Francia se pueden encontrar impresas en tamaño asabanado. 

El argot funerario. 

El sector fúnebre tiene su propio vocabulario y expresiones, palabras cuyo significado a veces se confunde o se desconoce. El periódico ABC, en su sección de esquelas digitales, incluye un diccionario completo que bien merece una consulta en la dirección http://enmemoria.lavanguardia.com/help?page=diccionario. Sin embargo, curiosamente, no recoge el término ‘Esquela’. Sí figura  ‘Necrológica/Obituario’: “noticia comentada acerca de una persona fallecida hace poco tiempo”; aunque no es lo mismo. 

Fotografías de los difuntos. 

Como curiosidad nuevamente, el enlace http://www.esquelasnecrologicas.com/fotografias-de-difuntos hace referencia a una costumbre de mediados del siglo XIX, en Europa y Sudamérica, de fotografiar a los difuntos como parte del ritual funerario. Dice el artículo que en las primeras fotografías que se realizaron de este tipo, las personas muertas aparecían sin maquillaje, con pocos adornos y, simplemente, como si estuvieran dormidas; pero con el tiempo los fotógrafos buscaron nuevas técnicas para lograr otras perspectivas y se convirtieron en expertos maquilladores obteniendo diferentes efectos.

Dos esquelas, una infidelidad. 

El siguiente enlace recoge una noticia muy publicada en su momento: http://vallecasdigital.com/dos-esquelas-revelan-la-infidelidad-de-un-hombre-su-mujer-y-su-amante/. Efectivamente, dos esquelas revelaron la infidelidad del difunto. Cuando un hombre argentino, casado y con dos hijos, falleció, dos esquelas se publicaron en el Diario de Tucumán. Justo debajo de la publicada por la familia, otra rezaba: “Mi gordito querido, mi Guille… Gracias por estos cinco años de felicidad. Tu amor por siempre, Susana”. 

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