Un camino muy especial es el que recorre la santiaguesa y roller profesional Anuska Gil. Sobre ruedas, la peregrina recorre los mil kilómetros que separan Roncesvalles de la capital gallega. Sus paradas durante la etapa o al final de ella están cargadas de significado. “Mi objetivo es honrar y reivindicar el papel de las mujeres que en su vida han hecho cosas importantes”, decía. En Estella y con la colaboración del Área de la Mujer del Ayuntamiento se eligió a las vecinas Rosa Díaz, por su labor en el centro de mujeres, antecesor de la Asamblea de Mujeres, y a Jerusalén Lacalle, de la Asociación de Encajeras. Ellas protagonizaron un intercambio de obsequios, como los que les tocó coser en una capa de peregrino gigante que porta la patinadora.