No seas cotilla
Es normal que quieras saber su nombre o su procedencia. Pero de ahí a interrogarle sobre su vida detalladamente, hay una gran distancia. Tampoco le preguntes si busca novio o, directamente, si te ve como tal; aparte de que no lo sabe, porque no te conoce lo suficiente, esa frase ¡da un miedo…!
No critiques a sus amigas
Recuerda que no os conocéis de nada, de modo que por muy ridícula que te parezca la ropa de una, la actitud de otra o el físico de una tercera amiga, córtate; son las compañeras de la chica a las que te tienes que ganar; ellas estaban antes que tú, tampoco las conoces, así que recuerda: chitón.
No vayas de gracioso
No hay nada peor que intentar ser gracioso y no conseguirlo, ya sea porque la joven en cuestión no comparte tu humor o simplemente porque, aunque tú creas que sí, no tienes ni pizca de gracia. Así que, preferiblemente, sé natural, tú mismo, y si estáis a gusto y la circunstancia lo requiere, el humor saldrá con espontaneidad. No lo fuerces.
No vayas de listillo
No la trates como si fuese tonta o como si tú estuvieses de vuelta de todo. Nunca o pocas veces has tratado con ella. No sabes nada o casi nada de sus gustos, opiniones, estudios, conocimientos o relaciones. Así que sé humilde, observa, escucha y conócela.
No hables de tus ex
No le cuentes con cuántas has estado, a cuántas has dejado y viceversa. Tampoco la cantidad de chicas con las que has tenido lío este verano, y menos con detalles. No es una buena táctica para que quiera estar contigo.
Evita vulgaridades
A ninguna chica, o mejor dicho, a ninguna persona, le gusta lo soez. La gente por lo general es bastante normal, y como tal, prefieren tratar con gente con conversaciones normales. Acercarse a alguien con comentarios ordinarios o groseros es un “no” de entrada redondo.
Modérate
El alcohol siempre ayuda a ser más dicharachero o dar ese empujoncito necesario para acercarse a la joven que has fichado, pero ¡ojo! Si te pasas, puede hacerte decir cosas de las que luego te arrepientas.
No seas demasiado directo
Los cumplidos como “¡guapa!” o las llamadas de atención del tipo “¿a dónde vas?” no gustan a muchas mujeres. Tampoco favorece que muestres directamente tu intención de seducirla. Ellas prefieren chicos independientes, que han salido a pasárselo bien y que inician conversaciones sin segundas intenciones. De igual a igual. Si hay química o descubrís que tenéis cosas en común, el romance surgirá solo.