La duda de trasladar la concentración y el concurso de disfraces al frontón Lizarra se mantuvo hasta el último momento, pero, finalmente, se optó por realizarla en la calle. Poco a poco, a partir de las cinco y media de la tarde, la plaza de los Fueros se fue llenando de personajes de cuento, profesiones variadas, animales, superhéroes y un sinfín de caracterizaciones diversas.
Cuando el ambiente estaba ya caldeado y los grupos se hubieron inscrito al concurso de Carnaval, se dio paso a un divertido desfile. El objetivo era contagiar al resto de calles con la magia y la diversión del Carnaval. Sin dudarlo, los grupos de familias y de cuadrillas exhibieron sus montajes por las calles Baja Navarra, calle Mayor, plaza de Santiago y calle Calderería hasta volver al punto de inicio, los Fueros.
Con música
La charanga ‘Malababa’ encabezaba el pasacalles con su música, animando a bailar, como si de una auténtica ‘parade’ se tratara. De hecho, no faltaron las carrozas. La participación en el concurso fue de diez cuadrillas en la categoría de Familias y otras diez en la categoría Júnior.
Andrea Barbarin, de la quinta organizadora de la cita, la del ’90, lamentó la falta de participación en categoría Sénior, la de cuadrillas de jóvenes que después sí se dejaron ver por las calles de Estella. “Son las cuadrillas de entre los 18 y los 24 años, por decir algo, la de participación joven. Se reúnen para comer pero les cuesta salir por la tarde y lo hacen por la noche. Nos hubiera gustado que se animasen, pero no han respondido. Nosotros otros años salimos, pero este año, como organizadores, no hemos podido”, decía.
La charanga
‘Malababa’ dio el compás al desfile por el centro de la ciudad
A pesar de ello, la valoración que la quinta hacía del concurso de carnaval era más que positiva. “Estamos muy contentos porque el pasacalles funcionó. Por lo que hemos oído a la gente le ha gustado dar la vuelta por las calles, más que estar quietos en la plaza. Todavía se podría pulir más el concurso. Este era el primer año con pasacalles y cuesta un poco arrancar las cosas”, decía.
Los integrantes de la quinta fueron también miembros del jurado que deliberó antes de hacer público su veredicto. En la categoría Júnior, el premio de entradas de cine, se lo llevó una cuadrilla de abejas. “En esta categoría valoramos no solo el trabajo de la preparación sino otros aspectos como el ambiente que crearon. Iban muy animadas”, añadía Barbarin.
En categoría Familias, se valoró el ingenio y el trabajo que hay detrás del disfraz. El premio se lo llevó una multitudinaria cuadrilla que recreó la película ‘Up’, con casita y globos incluidos. No les faltó la música ni la coreografía durante su recorrido, elementos que contribuyeron a los 200 euros del premio.
En esta edición, hubo un segundo premio en cuadrillas, ante la falta de participación en categoría Sénior. La tribu mahorí fue la merecedora de los 150 euros.
Para reponer fuerzas, se sirvió un chocolate en la plaza y la música del DJ Txemi Navarro’, de ‘Feelback Events’, se encargó de caldear el ambiente invitando a bailar a todos los participantes del Carnaval.
Primer premio:'Up’, arriba en el cielo
Fue el grupo más numeroso del Carnaval estellés y también el más animado. Alumnos y padres de quinto de Primaria del colegio Santa Ana se embarcaron en tardes de preparativos para recrear la casa y los personajes de la película de Disney ‘Up’, que en la tarde del 10 de febrero desvelaron ante el público. El elemento central era una casa, montada sobre una estructura de hierro y coronada, como en la película, por globos de helio que prácticamente la hacían volar allí arriba, en el cielo.
Nada menos que 56 niños scout, con sus mochilas, sus insignias y banderines, diez abuelos y dos pájaros recrearon como personajes el escenario de la película infantil. El grupo añadió en su desfile música y coreografía y animaron la plaza como ningún otro grupo. Todo ello les hizo merecedores del primer premio, 200 euros.
Uno de los integrantes, Mikel López de Dicastillo, explica que lo mejor del concurso fueron los preparativos, muy repartidos entre los miembros del grupo. “Nos sirvió para ocupar varias tardes de invierno con los niños, en una actividad de grupo y en familia que la disfrutamos. Somos un grupo muy involucrado y muy unido”, explica.
En anteriores ocasiones ya participaron en el Carnaval con otros montajes, en los que no faltaron como elemento central un trineo, una cuadriga romana o un coche. El premio lo invertirán en una merendola cualquiera de estas tardes. Este año, la casa que casi volaba en el cielo gracias a los globos, conquistó a público y jurado.
Segundo premio: la ‘Tribu Mahorí’ llegada de Zubielqui
Una tribu de mahorís, integrada por 14 adultos y 10 niños con edades desde los pocos meses hasta los 3 años, se llevaba el segundo premio por su cuidada preparación. En la recreación destacaba el diseño de un mohai, una de las esculturas de piedra que caracterizan a la isla de Pascua, en la Polinesia.
El grupo procedía de Zubielqui, donde prepararon con detalle todos los elementos de disfraz. Explica Silvia Baztán que fue en octubre cuando comenzaron las primeras reuniones. “El Mohai fue lo más complicado. Lleva una base de cartón duro, escayola, pintura, arena y va sobre un palé que permite desplazarlo. En cuanto a los disfraces, los hicimos con músculos de plástico y sobre ellos cada uno pinto los tatuajes y decoró como quiso, con plumas, con flores…”, cuenta. Los preparativos supusieron quedar una vez a la semana.
La puesta en escena fue lo más divertido, según cuenta, aunque el directo provocó que a algunos de los niños no les apeteciera pintarse llegado el momento. “Nos juntamos en una casa. Quedamos para comer y nos vestimos. En el desfile nos lo pasamos muy bien, sobre todo los críos, que iban muy entretenidos con la charanga. Se lo pasaron bomba. Participar en el desfile te permite ver bien al resto de participantes, mejor que si te quedas en la plaza”, añade Baztán.
El premio, de 150 euros, lo invertirán en una comida mientras toman nota de ideas para la próxima edición porque, aseguran, están muy motivados después de este segundo premio.
Lizarra Ikastola volvió a compartir el ‘Carnaval de los Palokis’
La tarde del 9 de febrero fue la tarde de Carnaval para Lizarra Ikastola. El centro organizó una nueva edición de su cita etnográfica ‘Carnaval de los Palokis’ y compartió la fiesta con los vecinos que quisieron seguir de cerca el recorrido. El sonido de los cencerros daba paso a la comitiva de personajes típicos del carnaval en los diferentes pueblos navarros, como los txatxos de Lantz, las brujas y los momotxorros de Alsasua y los mairus de Lesaka.
El alumnado del centro, acompañado por los profesores y por familias, partió del patio a las cinco y cuarto. La tarde, con una climatología adversa, no animaba a un pausado recorrido por la plaza de la Coronación, las calles San Andrés, Baja Navarra, la plaza de Santiago, Calderería, plaza de los Fueros, la Estrella, Navarrería y Mayor. El recorrido se hizo algo más rápido de lo habitual.
Una vez de regreso en el patio, se representó la función de teatro de Aldabika. La celebración es una de las más participativas que organiza Lizarra Ikastola durante el año.
