De diferentes tamaños, separados o de dos en dos, colocados aquí y allá a lo largo de la pasarela en uno de los inicios del parque de Los Llanos, se encuentran los candados. El fenómeno, que ha convertido los puentes de numerosas ciudades europeas en lugar de peregrinación para las parejas y que también han traído de cabeza a sus ayuntamientos, parece que ha llegado también a la ciudad del Ega.
Junto a París, Roma, otras ciudades italianas como Florencia, Verona o Venecia, Praga, Moscú o incluso, más lejos, Taiwan, Japón o Australia, tienen ya sus puentes de culto para los compromisos de amor. Más cerca, Madrid en la plaza Mayor y Sevilla en su puente de Triana también podrían contar miles de historias, si pudieran hablar…
¿Pero a qué se debe este reciente fenómeno mundial? Parece ser que la tradición es originaria de China. En la Gran Muralla unas cuerdas acogían los candados que ataban los recién casados y cuyas llaves tiraban después a través de la muralla para asegurarse el amor incondicional y la felicidad. La tradición llegó a Europa gracias al libro de Federico Moccia ‘Tengo ganas de ti’, donde una pareja confirma su amor poniendo un pequeño candado en el puente Milvio, el que se considera el puente más antiguo de Roma, arrojando después las llaves a Tiber. El puente era elegido en la novela a propósito pues en él murió el mártir y patrono de todos los enamorados, San Valentín.
Las réplicas de esta moda parece ser que han llegado a Estella. ¿Estarán las llaves en el fondo del Ega o guardadas a buen recaudo ante un posible arrepentimiento?
Título
En la gran pantalla
El libro de Federico Moccia ‘Tengo ganas de ti’ ha sido llevado al cine, al igual que su novela anterior, ‘A tres metros sobre el cielo’, interpretada por los actores españoles Mario Casas y María Valverde. Posiblemente la historia, dirigida a un público juvenil, haya contribuido al fenómeno de los candados.
