El juego libre de los niños

El juego libre de los niños

Alfredo Hoyuelos, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, ofreció una conferencia en la escuela infantil Arieta unas semanas antes de la Navidad

Cuál es el papel del adulto en el juego con el niño? ¿Es bueno regalar masivamente juguetes? ¿Qué juguetes son los más adecuados? Estas fueron algunas de las inquietudes que expresaron los padres reunidos en la escuela infantil Arieta con motivo de la conferencia ‘La poética del juego infantil’, a cargo del doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación Alfredo Hoyuelos. A lo largo de dos horas de disertación y con la ayuda de vídeos y de las entrevistas y observaciones realizadas por el docente a niños y niñas, muchas de las dudas se fueron disipando.

Hoyuelos, profesor de la Universidad Pública de Navarra, centró su encuentro con el grupo de padres y madres en el juego libre. ¿Qué se entiende por juego libre? Como el ponente mostró con diferentes vídeos, el juego libre puede comenzar cuando el niño descubre su imagen especular o se encuentra por primera vez con su sombra y puede continuar con el juego en grupo basado en la adopción de roles y en la utilización de cualquier objeto para despertar su imaginación. 

Sobre esto último existen muchos ejemplos y Hoyuelos aportó algunos. Un vídeo mostraba la utilización de unos conos de plástico con múltiples funciones como elemento creativo en el que los niños adoptaban el papel de médicos, o el juego ilimitado de otros niños con un elemento tan simple como una caja de cartón. “A través del juego libre y del reparto de roles, los niños desarrollan la empatía, intercambian papeles y por ello pueden entender las cosas desde el punto de vista del otro; establecen turnos de juego y fomentan el respeto y ubican los objetos en el tiempo y en el espacio”, destacaba algunos de los valores que entran en juego y que contribuyen al desarrollo del niño. 

La grandeza de lo sencillo 

Un ejemplo muy gráfico fue la utilización que de una caja hace un niño, la implicación del resto de miembros de la familia y la vinculación emocional con un objeto básico que se convierte en un elemento muy importante. “Dos de los mejores juguetes para un niño son la calle y la naturaleza. Parece que hemos perdido la costumbre y los encerramos en casa para que no se acatarren. Los estamos híper protegiendo cuando el barro y la tierra son grandes juguetes que no pueden ser sustituidos por otra cosa”, añadía Hoyuelos. 

Así que a la hora de elegir un juguete para el Olentzero o para Reyes lo conveniente, en opinión del profesor, es escoger lo menos estructurado posible, un juguete polisensorial intentando evitar el plástico en beneficio de otros materiales. “¿Juguetes didácticos? Estos son los que no hay que comprar nunca. Con ellos aprenden las cosas que el adulto quiere que aprendan cuando la principal virtud del juego es que sea libre, indeterminado, porque si no ya no es un juego y se convierte en control”. Hoyuelos recalcó en su conferencia la importancia del juego en los niños porque, destacó, “un niño que no juega es un niño enfermo”. 

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Claves

“A través del juego libre y del reparto de roles, los niños intercambian papeles y desarrollan la empatía”

“Dos de los mejores juguetes para un niño son la calle y la naturaleza”

“Un niño que no juega es un niño enfermo”

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