“¿Se van a dejar de hacer regalos?
¿Se suprimirá el turrón de la mesa familiar?
Los comerciantes no lo creen y confían en el tirón de los últimos días
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La campaña de Navidad es el momento fuerte del año para el comercio. Los escaparates presentan con mimo el producto, la publicidad tienta al consumidor y el espíritu navideño anima al gasto en concepto de regalos y de reuniones familiares. El comercio estellés, tras un año más o menos difícil para los diferentes sectores y establecimientos, confía en la revitalización de los últimos días para que las ventas den un tirón final que les permita terminar bien el año.
Imposible generalizar, pero a tenor de los establecimientos consultados, la campaña de este año no se prevé boyante en comparación con ejercicios anteriores. La palabra causante de los males, una palabra manida que de tanto usarla se convierte casi en prohibida, es la crisis. La contención del gasto de las familias durante el año puede verse relajada por el efecto de la Navidad. O al menos, así piensan algunos de los comerciantes. ¿Se van a dejar de hacer regalos de Olentzero y Reyes? ¿Se suprimirá el turrón de la mesa familiar? Los comerciantes no lo creen y confían en el tirón de los últimos días para remontar una campaña navideña que aseguran se está desarrollando en marcha corta.
Durante la tercera semana del año, con temperaturas templadas, y con un puente de la Constitución especialmente largo, las ventas no habían tomado ritmo en el comercio estellés. Algunos comerciantes atribuían a estas dos razones el hecho de que no se viera alegría comercial en las calles de la ciudad. A ello se refería Maribel Ausejo Marín, de la tienda de regalos, complementos y hogar ‘Pétalos’.
“Las ventas van poco a poco, pero en los últimos años está siendo así. Confiemos en los últimos días, aunque está claro que la crisis tiene que ver”. La falta de iluminación en las calles es otra de las razones que la comerciante achaca a una ralentización de la actividad comercial. “Está claro que la falta de estética navideña en las calles es un hándicap, a pesar de que estas temperaturas animan a la gente a salir de casa”. En su opinión, la crisis no va a disuadir de hacer regalos, aunque estos sí que pueden ser de menos importe.
Los niños tampoco se quedarán sin juguetes estas navidades. De ello está segura la propietaria de La Papelería, una de las últimas incorporaciones al tejido comercial de Estella. Begoña Antoñana Ancín explicaba que, aunque en la tercera semana de diciembre la cosa estuviera parada, ilusión y buenas vibraciones no le faltan. “En general está paralizado, pensaba que durante el puente la gente iba a comprar más. Va despacio, pero se animará conforme se acerquen las fechas. La semana próxima (la del 19) seguro que es más movida”, decía.
Las mochilas y el resto de material escolar se suman a su gama de juguetes didácticos en cuanto a regalos infantiles. “Apostamos por un juguete que enseñe cosas a los niños y tenemos claro que Playmobil y Lego siguen siendo imprescindibles”.
El capricho de la telefonía
La telefonía es de los sectores que menos entienden de crisis. A pesar de la situación de muchas familias y del clima de contención de gasto que ha imperado durante el año, Ignacio Sanz Asarta, responsable de la tienda Orange de Estella, asegura sin titubeos que las cosas van bien en una tienda que acaba de sufrir cambios de imagen. “Estamos muy contentos. Se nota más movimiento por el tema de la Navidad. Destaco sobre todo la venta de móviles con tarjeta para menores de edad. Esto es lo más demandado”, explica.
El capricho tampoco escapa a estas fechas en el sector de la telefonía. “El cliente está haciendo mucho canje de puntos para renovar el móvil, muchos por coste cero, pero a diferencia de lo que ha ocurrido durante el año, conforme se acerca la Navidad la gente se despreocupa un poco más del gasto y, de hecho, se están pidiendo móviles de gama alta, como el Iphone 4, el Samsung Galaxi S II y el Nokia Lumia 800”, añadía el comerciante.
La buena mesa
La devoción por la buena mesa es una característica intrínseca al hogar navarro. También, y sobre todo, durante la Navidad. Carniceros y pescaderos unos notan la crisis más y otros la notan menos. En lo que se refiere a estas fechas especiales del año, Ignacio Aguinaga Peral, de Hermanos Aguinaga, explicaba que los hogares de Estella no van a prescindir este año del cordero, del gorrín o del solomillo. “La gente sigue pidiendo lo mejor que hay. Durante el año se ha notado que la gente mira un poco más, pero mi cliente es el ama de casa y las amas de casas son espléndidas. La Navidad y las fiestas son momentos en los que no se mira demasiado el gasto”.
Sin embargo, la opinión del carnicero de Ayegui Santi Moreno, de Carnicería Los Porches, era ligeramente diferente. Santi Moreno aseguraba la tercera semana de diciembre que la campaña navideña se estaba desarrollando a un ritmo inferior que otros años. “La gente no tiene alegría y va a esperar hasta última hora. Los encargos que antes se hacían con tiempo ahora van más lentos. La gente espera a saber cuántos van a ser a la mesa y compra la cantidad que va a consumir. Otros años, esto no era tan importante y lo que sobraba se congelaba”, explicaba Moreno quien estima en un 25% el descenso de las ventas.
Con el realismo que le ofrece su profesión, Iñaxi Vives Mendizabal, de la pescadería La Kontxa, explicaba que en su negocio va a notar bajón esta Navidad. “Se nota también en el consumo durante el año. La gente mira más el gasto y viene con la lista hecha. Aunque haya algún producto con buen precio que se pueda aprovechar y guardar, la gente sabe exactamente cuánto se va a gastar”, explicaba. En cuanto al ritmo de ventas, desde La Kontxa apuntaban que en los últimos días la gente empezaba a tomar conciencia de la proximidad de la Navidad y realizaba sus compras y encargos.
Dulce Navidad
No hay celebración navideña que se precie sin el turrón como broche final. Pachi Torres, de Bombonería Torres, hace una fuerte defensa del producto navarro y anima a consumir dulces en estas fechas. Además, compara el turrón con la lotería en cuanto a gasto. “Mucha alegría no es que se vea, es normal. Antes la gente gastaba más porque tenía más liquidez, pero ahora está con la psicosis de la crisis y el consumo se ve afectado. De todos modos, con el turrón pasa como con la lotería en Navidad, podrás gastar más o menos pero no te quedas sin ninguna de las dos cosas”, aseguraba.
Desde la pastelería La Mallorquina, Olga Sánchez, contribuye a una filosofía positiva. “Nuestro número de encargos de cestas no ha bajado.
El turrón sí que va más lento, pero al final siempre se vende. Una casa no se puede quedar sin el turrón”.
