El cohete, la procesión y la pochada, puntos cardinales de las fiestas de Los Arcos

El cohete, la procesión y la pochada, puntos cardinales de las fiestas de Los Arcos

La DYA dio el pistoletazo de salida a siete días repletos de ilusión

Los Arcos ha vivido esta semana sus fiestas patronales en honor a San Roque y a Santa María. Las fiestas comenzaron con un sentido homenaje a la DYA, una asociación que desde hace 21 años trabaja en la localidad arqueña y cuyo esfuerzo y dedicación quiso premiar el Consistorio otorgándole el privilegio de prender la mecha que abrió las fiestas de la villa. Fueron las manos de Floren Escarza las que representando a todos sus compañeros dieron fuego al cohete, el pasado sábado.

“La música y el baile pusieron la alegría festiva en las calles de Los Arcos
desde el 14 al 20 de agosto”
Bajo el consistorio decenas y decenas de personas se congregaron para festejar el inicio de estas fiestas que han tenido también como plato fuerte la procesión, que tuvo lugar el domingo y la multitudinaria pochada del miércoles. No obstante las novedades en las fiestas de Los Arcos comenzaron minutos antes del cohete cuando 27 niños nacidos en la localidad en el último año recibieron el pañuelo con el escudo de la villa para darles una gran bienvenida.

El domingo, tuvo lugar uno de los actos institucionales que cuentan con más devoción: la procesión, que partió de la iglesia de San María a las 11.30 horas cuando San Roque y la Virgen salían de la parroquia en andas de los vecinos. Los encargados de llevar al patrón fueron Javier Galdiano, Joaquín Esteban, Mari Carmen Goñi, Manuel Goñi, Javier Maeztu, Pachi Esparza, Francisco Solabre, Enrique Ancín y sus hijos Ariz y Iosu, Román Felones, Germán Solabre y Santy Turrillas. Como explicaban ellos mismos, este grupo traslada al Santo por las calles arqueñas cada 15 de agosto desde hace 13 años. “En estos últimos trece años nunca ha dejado de salir en procesión. Algunos de los porteadores representan, que se sepa, a la tercera generación de su familia”, aseguraban.

Por su parte, la Virgen recorrió las calles de Los Arcos a hombros de varios de los quintos nacidos en 1964. Uno de los arqueños que portó la reproducción de la talla de la patrona fue Roberto Larraona que, momentos antes de comenzar la procesión, comentó que lo hacía con mucha devoción. “Es un orgullo llevar a la Virgen. Es una tradición de toda la vida y la vivo con mucha emoción. Es un acto de fe”, explicaba.
Precisamente, segundos antes de que los Santos salieran de la iglesia, el Himno de Navarra sonó en el templo y sirvió como pistoletazo de salida de la procesión. El Santo y la Virgen pasearon por las calles de la localidad arqueña acompañados por los párrocos de la localidad, la Corporación municipal, la banda, los gigantes y los cabezudos y por supuesto centenares de vecinos que no dudaron en aplaudir tras los cánticos del grupo de auroros y las jotas entonadas durante las pausas de la marcha por Joaquín Madurga, Juana Arteta y Rafael González. Fue, un año más, la banda de música de Viana la que puso el resto de los compases a la marcha que se prolongó durante cuarenta minutos y que atravesó la plaza de La Fruta y las calles Mayor, Guillermo Zubierta y Bagera, para desembocar de nuevo en el pórtico de la iglesia de Santa María, lugar donde tuvo lugar la misa mayor con la parroquia repleta de fieles.

En el día grande de las fiestas de Los Arcos también se celebró otro de los actos que cuentan con un importante respaldo social: el primer encierro, carrera que se repitió el resto de los días, con gran acogida por parte de los corredores y del público.

La pochada popular convirtió la calle Mayor de Los Arcos en un inmenso comedor en el que cuadrillas y familias degustaron, el miércoles, 360 kilos de pochas, bien cocinados con 30 rastras de chorizo, 12 kilos de jamón, pimiento verde, cebolla, puerro, ajos, tomate y zanahoria. El chef fue José Ignacio Yániz, que auxiliado por 15 pinches, lleva 14 años entre los fogones y que es el encargado de elaborar este preciado guiso al que también estuvieron invitados representantes de las localidades cercanas, así como del Gobierno de Navarra y del Parlamento foral.

La charanga de Ablitas fue la encargada de amenizar estas jornadas festivas en las que no faltaron los actos para los más pequeños, como el encierro infantil, el día del niño, la visita de gorgorito o el torico de fuego; o las actividades deportivas como la prueba ciclista Villa de Los Arcos.

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