La primera reunión iba dirigida a los vecinos de Merkatondoa, Rocamador y San Pedro, el 7 de noviembre. El 10 se reunían los de San Miguel, Lizarra, El Puy, Noveleta y La Merced; el 14 se daban cita los vecinos del Sector B, Zaldu y Yerri y, el día 17, era el momento para los vecinos del casco viejo, el paseo de la Inmaculada y las plazas de los Fueros, Santiago y Coronación. En cada una de las sesiones participaron el alcalde, Koldo Leoz, y los concejales de Participación Ciudadana, Unai Errazkin, y de Urbanismo, Emma Ruiz, ante un público que osciló entre las 70 y las cien personas.
“La valoración del proceso es muy positiva, sobre todo por el nivel de asistencia y porque se veía que la gente no acudía sólo a ver o a escuchar, sino a aportar. En muchos casos los vecinos se habían coordinado y también participaron las asociaciones de los barrios”, explica Unai Errazkin.
Algunas de las aportaciones que se plasmaron en actas eran comunes a todos los barrios, lo que muestra inquietud por el buen estado en general de la ciudad. “En todas las zonas nos hablaron del tráfico, de pasos de cebra, de la limpieza, de los problemas con las heces de los perros, también de la dotación de algún parque infantil. Quizá hubiéramos esperado alguna otra sugerencia de más envergadura, de infraestructura, pero vemos que lo que la gente quiere es un entorno adecuado a su vida diaria”, añade el edil.
Reunión por reunión, distrito por distrito, algunas de las peticiones concretas que se hicieron fueron: la denuncia de vegetación crecida en la orilla del río y, por tanto, la proliferación de ratas, así como la dotación de baños públicos en San Pedro. Los vecinos del casco viejo ponían de manifiesto el abandono que durante años ha sufrido la zona y solicitaban su dignificación, así como la necesidad de regular el tráfico; en las Lomas, manifestaron la ubicación de columpios para los niños, desbroces y limpiezas de arbustos, así como la solicitud de ampliación de la ruta del Tierra Estella Bus hasta la zona. “Este tema no es una competencia del Ayuntamiento, pero lo vamos a mirar”, apuntaba Errazkin.
En la zona del centro, problemas con el tráfico y su regulación a través de bolardos, actualmente fuera de funcionamiento, eran algunas de las peticiones. “Sabemos que existe este problema, pero la solución que se planteó en su día con el Bulevar de Lizarra hoy no es válida, y mucho menos sin la ayuda del Gobierno de Navarra”.
Con las preocupaciones de los ciudadanos sobre la mesa, el Ayuntamiento trabaja en el estudio de cada una de ellas, antes de hacer una valoración informativa abierta. La culminación de todo el proceso será incluir las aportaciones en los presupuestos de 2017. “El objetivo son los presupuestos, y lo vamos a tener en cuenta; está claro que habrá que aumentar la partida de servicios”, añade el responsable de Participación Ciudadana.
La intención de Área es mantener en el tiempo el contacto con los consejos de barrio para poder hacer un seguimiento de las medidas que se pongan en práctica.