Después de las dianas, del encierro de ganado y del encierro simulado para los niños, la comparsa de gigantes y cabezudos inició su última salida de las fiestas desde el ayuntamiento. El recorrido por las calles culminó en la plaza de los Fueros, donde desplegaron sus coreografías ante un público de cientos de personas, de todas las edades. Los ocho gigantes, los cuatro antiguos y los cuatro nuevos, protagonizaron uno de los actos más vistosos y más emotivos del programa.
Mientras tanto, la plaza de Santiago se convertía en una gran cocina al aire libre. Treinta y cuatro parejas concursaban por elaborar el mejor ajoarriero. Con los ingredientes facilitados por la sociedad gastronómica Peñaguda, organizadora de la cita desde hace 41 años, los participantes se esforzaban y empleaban sus mejores trucos para conseguir el mejor ajoarriero. Al cierre de esta revista, todavía no se conocían los ganadores.
En lo que respecta al resto del día, los niños pudieron disfrutar de bombas japonesas y, por supuesto, tampoco faltó la música de verbena, bailables con gaita y tambor. El baile popular de la Era en la plaza de los Fueros despedía, con pena, las fiestas de Estella.
